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LA GENERACIÓN PERDIDA

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Semana.com






Se ha muerto y está muriendo toda una generación, la de nuestros padres, a causa del coronavirus, en la clandestinidad de las residencias privadas y de las UCIS de los hospitales. Al trabajo y esfuerzo de esta generación le debemos el Estado del Bienestar que disfrutamos hoy, por lo que siempre tendremos una deuda pendiente con los 11.500 fallecidos en las residencias ancianos. No me creo que solo haya habido 61 fallecidos en la provincia de Granada. Con más de 18.000 muertos, este Gobierno de mediocres todavía no se ha enterado de que España está de luto, mientras que en los medios subvencionados y afines (Mediaset, Mediapro y Atresmedia) las noticias son edulcoradas, con enfermos que se salvan en los hospitales, en medio de aplausos de los sanitarios y abrazos de las familias, o entrevistas a gente de la calle que te cuenta lo que va a hacer cuando termine la cuarentena. Pero nada de imágenes de velatorios o entierros, eso está censurado, no vaya a que el personal se desanime. Eso sí, por los medios oficiales y paniaguados estamos bien enterados de lo que ocurre con la pandemia en el extranjero, con videos de fosas comunes o de cómo salían los camiones repletos de ataúdes de la ciudad italiana de Bérgamo, porque ya no cogían en el cementerio, cuando en Madrid hay tres morgues y centenares de fallecidos al día. Somos el país del mundo con más fallecidos por millón de habitantes y con más médicos y sanitarios contagiados (24.000, creo), por la negligencia y la falta de previsión del Gobierno. No había mascarillas, ni equipos de protección, avisaron varias veces de la OMS para que compraran material sanitario y Salvador Illacontestó que estábamos equipados.

España está para darle el pésame y para que doblen las campanas, y no para celebraciones de cumpleaños en las calles, a chicos y grandes, con sonido de sirenas, porque esta no es la función de la Policía. El día catorce de abril pusieron 10.500 sancionesen España (6.000 granadinos multadosen marzo): con el mazo dando y con la sirena felicitando. Encima del desastre sanitario, económico y social, nos quieren narcotizar. Estamos confinados y tratando de sobrevivir a la pandemia, en la ciudad de Granada y en el Área Metropolitana se han producido nueve de cada diez fallecidos en la provincia y, lo que es peor, la zona se ha convertido en el principal foco de contagiados de Andalucía, aunque los andaluces estamos lejos de las cifras de Madrid y de Barcelona. En Portugal, el país vecino, cuando llegaron los primeros contagiados de España, el Gobierno decretó el estado de sitio y luego el de excepción, con el confinamiento de la población, el cierre de fronteras y la paralización de la economía. Hoy solo tiene quinientos fallecidos, unos trescientos menos que Andalucía. Esta es la diferencia con España, allí se arremangaron las mangas.

El 10 de marzo, yo escribía esto en mi portada de Facebook y se puede comprobar: “Este fin de semana se celebraron los partidos de la Liga, con miles de espectadores, los italianos están viniendo a España procedentes de zonas infectadas de Italia, pero no se hace ningún control en los aeropuertos, y las Fallas de Valencia se van a celebrar porque vivimos en el País de las Maravillas. En todo este tiempo, el Gobierno ha estado de brazos cruzados viendo cómo se extendía el contagio”. Y El Mundo advertía alGobierno en su editorial: “La negligencia sale muy cara”. Unos días más tarde, escribo: “Hoy, 19 de marzo, es el Día del Padre, pero ahí tenemos a los padres olvidados de todos en las residencias, muchas de ellas convertidas en focos de infección y en morgues. La epidemia del coronavirus no tiene misericordia y, como en las guerras, mueren los más débiles, no ha habido medios ni mascarillas para ellos, olvidados en la soledad de su habitación, ni siquiera para los sanitarios (…). De las ocho muertes en Granada, cuatro se han producido en una residencia de ancianos de La Zubia. Tengamos un recuerdo para nuestros mayores, para los que están enfermos y para los que exponen su salud a diario. Comparto una crónica de El Paíscon este titular: “No querían que viera los cadáveres en las bolsas color crema”. Le llamarían la atención al diario oficial y ya dejó de publicar imágenes de las muertes, aunque sí publicó un video de una fosa común en el Estado de Nueva York.


Cementerio de Granada





El 7 de abril escribí esto: “Hoy viene en la prensa que, en una residencia de San Juan de Aznalfarache (Sevilla), han fallecido por coronavirus 24 ancianosy 78 están contagiados. Según las estadísticas, hay unos 8.000 jubilados menos y esto es a consecuencia de la epidemia. Se ocultan sus muertes y se falsean los datos. A los ancianos de las residencias no se les han practicado los test, porque no había, y cuando los llevaban al hospital, los sedaban porque las órdenes son que los respiradores se utilicen para los jóvenes. Esto es, mueren solos y olvidados en las residencias donde a veces no acuden los sanitarios o les dicen que no los lleven al hospital porque no hay sitio para ellos. Lo que ocurre en Castilla-La Mancha se puede aplicar a toda España. Descansen en paz”. El editorial de El Mundo era bastante elocuente: “Los enterramientos por coronavirus en Castilla-La Mancha casi triplican los datos oficiales”, según denunció el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Autónoma. Hasta que se decretó el Estado de Excepción, el  14 de marzo, yo me levantaba cada mañana con la esperanza de oír que el Gobierno iba a tomar medidas pero, cada vez que mencionaba el portavoz Fernando Simón las medidas de contención o que aconsejaba a su hijo que fuera a la manifestación, me entraba fiebre. En ningún medio se decía nada y me costaba trabajo creerlo.

Pero, ¿es que nadie se da cuenta de lo que está pasando y del peligro que corremos? Y es que el Gobierno había echado ya el bozal a los medios y nadie quería tirar de la manta, mientras que los bares y las terrazas estaban llenos y los italianos llegaban a centenares a los aeropuertos españoles. Hasta que empezaron a salir en los medios las cifras de los fallecidos y de los contagiados. Ayer, 14 de abril, en las noticias de la noche, de Antena3, decían que se habían repartido mascarillas en las estaciones del Metro de Madrid, pero no dijeron que solo se repartieron en el 20% de las estaciones. Fernando Simón también dijo que en cifras de letalidad (los curados entre los contagiados) estamos como en los países de Europa, mientras que el impresentable ministro Salvador Illa nos anuncia que se ha doblado la curva (de la felicidad, digo yo). En vez de pedir perdón y de reconocer los errores, nos siguen mintiendo.

Malos tiempos aquellos cuando una sociedad tiene que reivindicar a sus muertos. Pero, cuando la epidemia pase, tendremos que honrar la memoria de lageneración perdida, la de nuestros padres, y pedirles perdón




“TE ESPERARÉ EN LA ALCAZABA”

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La novela Te esperaré en la Alcazaba, (2013), del escritor Antonio Medina Guevara, fue finalista del Premio Hispania de novela histórica. Ha escrito otras novelas y cuentos que han sido publicados en España, Colombia, México y Estados Unidos; también fue unos de los fundadores de AEAGRA (Asociación de Escritores del Altiplano y de Pozo Alcón), hoy prácticamente desaparecida. La novela nos recuerda que en 1609 se adopta en España la expulsión de los moriscos, incluso los que han sido bautizados. Esto produce un auténtico drama, pues familias enteras se ven obligadas a abandonar España rumbo a África. El autor reconoce que “la novela es una suma de cuentos, leyendas, prosa poética…”. Señalar que es una historia novelada, donde una familia de moriscos ve cómo en varias oleadas les van invadiendo los “cristianos viejos”. “Este libro es la historia contada por un muchacho de la villa de Zújar sobre lo que pudo pasar y sentir una familia morisca de las muchas que vivieron en este lugar a finales del siglo XVI y principios del XVII. Lo que debieron de sentir al verse obligados al destierro, imaginar cómo serían sus vidas en los años anteriores a su expulsión”. El autor confiesa que esto empezó en una conversación con su amigo Francisco Arredondo (historiador zujareño), en el verano de 2012: “Parecía como si el legado tan impresionante que nos dejó la dominación árabe y los mismos moriscos a los parroquianos y a los que tienen la obligación de preocuparse por todo eso, no les importara”. La novela está basada en personajes reales de la villa, que han sido documentados por el historiador.

Hay que señalar que muchos lugares de Zújar (Cuxaren árabe) conservan los nombres de aquella época: barrios como los de Abatel, Alquería y San Leandro. El lugar Harasmontari, Sima-Xarea, la Alanda, la Alcazaba, que está derruida, así como el impresionante y eterno Cerro de Jabalcón. Calles y lugares cargados de historia con su sabor morisco y fuerte personalidad. En el capítulo I, La llegada de Isabel, el padre previene al joven Fernando de los repobladores cristianos, que “compraban a cambio de favores o dinero, lo que de siempre es nuestro… Y venían a despojarnos a nosotros, a los que despectivamente llaman ‘moriscos’de todas nuestras tierras y haciendas después de tantos siglos”. Unas páginas más adelante, una familia de Pozo Alcónllega a Zújar y el protagonista se queda mirando a una muchacha: “Cuando ella cruzó la plaza y entró en el lugar de culto, yo la seguí como un perro sigue a su amo… ¡Y cómo giró su cabeza y clavó su mirada en mí, con la intensidad de un rayo azul! En el capítulo III, Mi madre, Fernando seha quedado prendado de la cristiana: “Desde que vi de cerca a Isabel por primera vez, me extrañó que una cristiana oliera así de bien… Ella enamoraba con todo lo que tocaba, miraba y hablaba. Isabel era perfecta… como mi madre…”.

En otro momento, la nostalgia del protagonista deja entrever el cariño de Antonio Medina por su tierra: “Solo puedo recordar momentos felices cuando veo en mis pensamientos a mi pueblo, a su vega y sus fuentes, al río que anda serpenteante por entre valles de riqueza, al cielo, que casi siempre brilla en destellos de azul, al cerro que nos saluda con su imponencia cada vez que lo vemos o recordamos, a mi padre y abuelo que me enseñaron mil cosas…”. En el capítulo VI, “La llegada del Inca”, Fernando narra una historia que le contó su abuelo. Llegó a Zújar Garcilaso de la Vega, el famoso poeta de Cuzco y el primer capitán mestizo, por el camino que viene de Wadi-Ash (Guadix). Se dirigía a las Alpujarras con la tropa donde se habían sublevado los moros en 1568 y, de paso, nos recuerda algunos hechos del asedio a Galera, por los soldados de donJuan de Austria. El capítulo VII, La muerte de mi abuelo,describe la toma de la Alcazaba de Zújar por los Reyes Católicos: “¡Aquella fue una batalla de las que hacen historia!”, ellos creían que era inexpugnable, pero, después de una semana de lucha memorable, fue conquistada por los cristianos. Sin embargo, a los moriscos vencidos se les permitió recoger sus cosas y marcharse: “…la caravana más honrosa que recuerdan estas tierras, partió a Baça (Baza) llena de orgullo por haber parado al ejército más poderoso de la historia…, donde fueron recibidos como héroes. Cuando al final también cayó Baça y la rendición ya fue un hecho, los vencedores también se comportaron con los vencidos y celebraron unos torneos…”. 

Antonio Medina




En el capítulo VIII, Malos tiempos, tras la guerra de la Alpujarra, se lee: “el Inquisidor de Baça procuraba perseguir, reprimir y ejemplificar, para intentar que los cristianos viejos no pudiesen huir del miedo”, de manera que los moriscos condenados fueron deportados a un lugar llamado Granadilla. Sin embargo, Fernando vivía en un mundo irreal: “Mi padre y mi abuelo se quejaban de que ya nada era igual, pero a mí me parecía todo lo contrario: que esta tierra ya era y es ¡espléndida…!”. El capítulo X, La cita, lo dedica a los jóvenes amantes, que pasan una noche escondidos en la Alcazaba.
Tras las caricias, Isabel lo aparta y le dice:
–No, no me pidas eso… Ahora no
–Yo no te obligaré a nada que tú no quieras… ¡Yo te quiero…!
–Yo seré tuya…, solo tuya…, pero en la iglesia y de blanco
Da la impresión de que la felicidad se había hecho para ellos dos: “… Yo creo que aquella noche nos sonrió la mirada del Jabalcool (Jabalcón)y nos abrazó la luna a la sombra de los olivos al ver cómo de sus labios a los míos volaban los besos…”. En el capítulo XII, Nuestra propia expulsión, los acontecimientos se precipitan: “Llegó el momento en que todos, absolutamente todos, fuimos desposeídos de todo lo nuestro a la vez que llegaron nuevas órdenes de nuevas expulsiones”. Al ver que todo se acaba, los jóvenes enamorados quedan en la Alcazaba.
Entonces, Isabel le dijo llorando:
–¡Si tú te vas…! ¡Yo me iré contigo…! –repetía y repetía
–Tú no puedes. Tú no eres la expulsada
–¡Yo te quiero…! –decía mientras lamía mis labios
Fernando intentó decirle que ya buscaría la manera de estar juntos: “Después de mil besos seguidos repasamos los términos de nuestro acuerdo”.
Pasado un tiempo, el protagonista recuerda la expulsión de esta manera: “Todos nosotros: mi familia, junto a las demás familias que nos acompañarían y unos pocos soldados, partimos. Después salieron a vernos algunos conocidos que se tapaban sus caras (…), y otros, los más, que nos miraban con un odio infinito y nos lanzaban muecas de placer y victoria”. Martín Álvarez, vecino de un pueblo de Jaén y antiguo soldado, vio así a los cientos de expulsados de Baça, en 1576: “Nunca he podido borrar de mi memoria lo que mis ojos vieron aquel año. Cuando los cierro, veo a una caravana de niños, mujeres y viejos, más parecidos a mendigos que a personas pudientes”. Lo mismo ocurrió con los moriscos expulsados de Granada, salieron escoltados del Hospital Real, desfilaron por la calle Elvira y tomaron el camino de Armilla en dirección a la Costa. Los cristianos salieron a las calles de Granada a contemplar aquel triste y humillante espectáculo.

Capítulo XIV, El final de todo. Al cabo de diez lunas llenas, según lo planeado, Fernando regresa a la Alcazaba para llevarse a Isabel. Pero Pedro Pérez, el hijo, su amigo de la infancia, le dice que ella se marchó hace más de un mes y que lo esperó mucho tiempo… En fin, no vamos a contar el final. Copio este párrafo del Epílogo: “De manera romántica, pensemos que puede estar soñando su alma en alguna de las muchas fuentes de la villa, o yendo a buscar a Isabela la de lasDoncellas cuando tiene agua, o a la de laSima, en donde a veces esperaba a verla llegar con su cántaro a la cadera. A la del Mentidero, donde cuando paso me imagino a alguien contando historias antiguas o leyendo páginas del Corán…”. Confieso que si Zújar me cautiva es porque ha sabido conservar los nombres árabes de los barrios y lugares, por las amistades que tengo allí (entre ellos Antonio Medina y Francisco Arredondo), por el Cerro de Jabalcón, por sus fuentes y por la Romería de la Virgen de la Cabeza. El autor reconoce que siempre le ha gustado pensar que, “enterrados en ese montón de tierra salpicado por grutas y cuevas, que es la antigua Alcazaba, se esconderán tesoros que no serán de piedras preciosas…, pero seguro que será de innegable valor histórico lo que ahí habrá enterrado”. Dejemos que siga soñando con estas historias y leyendas, de su querido Zújar, mientras nos deleita con la lectura de su novela.

LA GRIPE ESPAÑOLA DE 1918 Y 1919

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Carroza fúnebre, entre calle Elvira y Plaza Nueva







Copio estos párrafos del libro “Granada, un siglo que se va” (1996), del escritor Juan Bustos Rodríguez, que falleció hace varios años. Así estaba el panorama.

“La gripe española. Granada fue una de las provincias españolas más afectadas por aquella trágica epidemia, que en 1918 y 1919, alcanzó una gran mortandad (…). El primer telegrama acuciante llega de Freila (1.969 habitantes), rogando el envío de un médico con urgencia. Hay 250 vecinos con gripe, entre ellos el único médico. Otro mensaje, simultáneo casi, informa que en La Calahorra los afectados son más de 200 entre los 2.060 habitantes. A partir de aquí se hacen continuas las malas noticias.

En Orce, el 27 de septiembre de 1918, de 1.000 habitantes, 800 tienen la gripe. Desde el día 15, aparición del primer caso en el pueblo, ya los muertos eran 45. A finales de mes, el doctor Fidel Fernández Martínez, profesor auxiliar de la Facultad de Medicina, asegura en “El Defensor”, que la gripe se presenta en tres formas: ‘En Castilléjar (2.538 habitantes entonces), en pocas horas, había visto enterrar a 18 personas víctimas de la gripe, la situación era peor y la desolación completa: Han enfermado los sepultureros, con lo que los enterramientos se hacen dificilísimos. He contado veintidós cadáveres por enterrar y se carece de cal para cubrirlos, porque los industriales que se dedican a producirla o han muerto o han enfermado’. El panorama empezaba a ser trágico. Pero lo iba a ser más. (…). En Baza, un mes después, se sigue registrando un promedio de 15/20 defunciones diarias a causa de la epidemia (…). En Pedro Martínez, en el mes de enero (2019), en tres días se suceden veinte defunciones y hay 500 personas afectadas…En Guadix fallecieron 41 personas en un día; en Cúllar, 20 en varios días; en Albuñol murieron 15 enfermos de gripe el 21 de octubre.

El mundo llevaba una carrera alocada hacia el precipicio y la destrucción, pues tenemos pendiente el calentamiento global del que sólo se pueden esperar  muchas desgracias, con lluvias intensas y riadas, la gran contaminación de las ciudades, así como la extinción de miles de plantas y de especies de animales. Sólo buscábamos el bienestar y el consumo, todo lo demás no nos importaba. Cuando acabemos con la naturaleza, cuándo no exista el águila, ¿qué nos quedara?, habrá que decir como el gran jefe indio al presidente de los Estados Unidos, a finales del siglo XIX.
 Se ha juntado la ineptitud de los gobernantes de hoy (nunca hubo tanto incompetente gobernando, tenemos el ejemplo de Estados Unidos, México, Reino Unido, España y muchos más) y el afán consumista de todos. Pero el mundo ha sufrido un parón debido al coronavirus, que nos ha llegado una vez más de China. No sabemos si es que el virus se le ha ido de las manos o porque alguien se comió un animal infectado, el efecto de la mariposa se ha convertido en el efecto del pangolín. Un chino se come un pangolín contagiado y resulta que contagia a toda la humanidad y nos confina a todos en los pisos, mientras que los animales toman las calles y el terreno que nosotros le arrebatamos un día. Los animales están tomando lo que fue suyo y de sus antecesores no hace muchos años, incluso se ven delfines y ballenas en los puertos de las ciudades y por el Estrecho de Gibraltar.

Nuestros queridos seres que han fallecido (unos treinta mil en España) deberían hacernos reflexionar, ¿qué mundo queremos para nuestros hijos, qué futuro les espera, qué enfermedades mortales nos acechan…? Pensábamos que lo habíamos conquistado todo, que lo sabíamos todo, lo queríamos todo, pero no hemos aprendido nada, como recordaba el verso del poeta José Hierro. Ni siquiera nadie recordaba que en 1918 y 1919 hubo una gripe mal llamada española, que se llevó a 30 millones de personas. 


VIDEO CASTILLÉJAR 1984, DE 'JUANRA'

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Juan Ramón Martínez, años sesenta





El video lo he visto por dos veces y me ha encantado, para mí ha sido un descubrimiento porque fue hecho hace treinta y seis años, las imágenes fueron tomadas desde sitios estratégicos y desde un turismo, de manera que el pueblo ya no es el mismo. Comienza con una vista general de la vega del río Guardal, poblada de alamedas y sembrados, y la parte noroeste, seguidamente enfoca la antigua carretera de Benamaurel, a aquella curva cerrada y ascendente que había, antes de llegar a la famosa Fuente del Cuco, donde se observa un buen chorro de agua. Es una pena que destrozaran única fuente del pueblo, cuando construyeron la nueva carretera. A continuación, se aprecian a la izquierda el barrio del Salitre, los bancales donde ahora está la gasolinera y la cuesta del Baico. Entrando en Los Evangelistas hay unas cuantas casas a la derecha, mientras que a lo lejos se divisa el cerro con la Cruz Misionera que colocó el párroco don Atanasio. Subiendo la cuesta se ve a un hombre montado en una mula, con una carga de hojas de panizo, y a unos vecinos al lado de un renault-8.
La imagen se detiene en la inmensidad de los Barrancos al fondo, así como en las cuevas y chimeneas, en los caminos de tierra y veredas del barrio, donde se observan las eras y terreras, que han desaparecido con las nuevas viviendas. Ahora vemos la calle Mayor, con sus casas solariegas, donde destaca por cima de los tejados el vistoso campanario de la iglesia de la Inmaculada Concepción. En la Plaza de la Constitución enfoca la placa de mármol en la pared de la iglesia, donde puede leerse Plaza de la República que data de los años treinta. Luego vienen las Cuatro Esquinas, la Cuesta del Río, el puente del Guardal y una vista de la antigua Morería, donde se aprecian las cuevas ruinosas.
A continuación ofrece una panorámica desde la carretera de Castril, por encima de la acequia de las Viñas, por donde discurre el rio Guardal. De regreso al pueblo, vemos la antigua ermita de Santo Domingo y el barrio de San Marcos. Poco antes de llegar a las Cuatro Esquinas, un hombre recoge la basura en un carro tirado por una mula. En la calle del Agua pasamos por el casino de Federico y, en la curva con la calle Huéscar, dos niñas juegan en la calle. Vemos la antigua casa descolorida de Pepillo Zambudio y a una mujer que lleva un carrillo de mano. A la izquierda está la casa, donde Eugenio tenía la antigua fragua, y enfrente la Cruz de los Caídos (años después fue trasladada al patio de la ermita de Santo Domingo), con sus jardín cuidado.  A continuación vienen las Casas Baratas y la calle del Salitre, donde se ven algunas cuevas y la casa de Alfredo, el antiguo alcalde. En la Plaza Nueva hay una bonita fuente con estatuas de niños y hay jóvenes sentados en las mesas del bar “El Totovío”.







En 1983, “Juanra” graba la matanza en la casa de sus padres, donde se ve cómo echan agua caliente al cerdo mientras lo van pelando y afeitando con navajas barberas, y las mujeres lavan las tripas del animal. La toma de la salida de la gente de la iglesia, con motivo de las fiestas del patrón Santo Domingo de Guzmán, es antológica. En esa época pocos faltaban a esa misa, reconozco a Rafael, el marido de María, a Pepe “el de la Caja” (el padre), a Antonio Heredia, al maestro don Jesús Carricondo, todos ellos fallecidos, al párroco don Horacio que va vestido de blanco… Tras las andas de Santo Domingo, van las damas de honor, la banda de música… Se puede decir que en la procesión va todo el pueblo de Castilléjar. En agosto de 1986, “Juanra” grabó “La vaquilla”, en las Eras Altas, donde se ve que la plaza se ha llenado de público, de jóvenes y de mayores. Los espontáneos se tiran al ruedo y el bicho casi sin cuernos arremete con furia contra unos y otros, hasta que aquello se llena de jóvenes y al pobre animal le crecen los enanos. Al final del video vienen unas fotos memorables en blanco y negro. Aparte de que Castilléjar ha perdido mucha población, ahora está en unos 1.600 habitantes y en los años ochenta tendría unos mil más, no sabría decir si ha perdido el encanto y la alegría de aquellos años. Un castillejano me decía,  hace años, “en el invierno no se ve ni un alma por las calles”.
Este fue el comentario que me envió “Juanra”, el 17 de mayo: “Sobre la fuente del Cuco tengo que apuntarte, a lo mejor lo sabes, que en año 1971 se produjo en Castilléjar un episodio de cólera que hizo que estuviéramos aislados durante unos días y se vacunó a todo el pueblo, a mi me cogió en el pueblo que aunque no eran vacaciones había ido por algún motivo y me vacunaron. Pues bien después de analizar todas las aguas del pueblo descubrieron que la causante del cólera era la fuente del Cuco y desde entonces estaba declarada su agua como no potable y así lo hacía constar un cartel que pusieron, y tiene su lógica porque el agua que manaba era la filtración de los bancales de arriba, el Llano del Pino, y el abono que se utilizaba en ellos, principalmente, era la basura de las cuadras o de la paja que se dejaba en las eras amontonada para que se descompusiera”.


"LEANDRO: CASTILLEJA DE LOS RÍOS EN BLANCO Y NEGRO

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Compartido de Jesús Martínez







Ayer, 14 de junio, Ideal le dedicó esta crónica del periodista Antonio Arenas a mi libro sobre las fotografías de mi padre.

El 2 de junio, Juan Ramón Martínez, 'Juanra', me envió este escrito:
Leandro, en primer lugar darte las gracias por el blog sobre el vídeo de Castilléjar, bien narrado lo que en él se ve, solo una anotación en la placa de la plaza, no pone plaza de la República sino plaza del Caudillo. En tu libro “Leandro: Castilleja de los Ríos en blanco y negro” de nuevo aportas un documento fotográfico de gran valor. Lo publicas en un momento que todavía podemos disfrutar y valorar la importancia que supone para nosotros, la generación que estamos más allá de los sesenta años y por ley de vida los años que nos restan son ya muy limitados, los que tienen menos edad ni tienen la vivencia ni le son conocidos los personajes que aquí aparecen y por tanto, aún reconociendo su valor recordatorio de tiempos pasados, no les aporta el valor emocional que supone para nosotros reconocernos en estas imágenes. Una vez más, reconocer la labor de tu padre, el verdadero protagonista del libro, como reportero, de unas décadas, en el pueblo que han dejado un testimonio gráfico que posiblemente ningún pueblo tan aislado como era el nuestro tenga. Era tu padre un trabajador incansable que estaba allí donde se le requería para realizar su tarea de fotógrafo, no tenía ni horario ni le importaba el lugar para poder ganarse un duro que facilitara el bienestar de su familia. De una manera muy generalizada, así lo recuerdo: no era muy extrovertido yo diría que daba un poco en serio, de pocas palabras pero siempre muy solícito, al contrario de la mayoría de los hombres del pueblo pocas veces se le veía en un bar. Como te comenta Mari Carmen Martínez Carasa yo también lo recuerdo con sus cubos de fotos que colgaba de uno de los caños de la plaza para que se limpiaran y es que, como tu bien sabes, el proceso fotográfico, una vez conseguido el positivo, primero se meten en una cubeta con líquido revelador y después se pasa a otra con fijador y después hay que lavar el papel para quitarle las impurezas y esta operación la hacía en los caños aunque yo lo recuerdo solo en verano, no sé si lo hacía durante todo el año.

Has recuperado para tu libro el topónimo Castilleja de los Ríos y aunque ese sea su nombre original a mí me gusta más Castilléjar de los Ríos, el primero es despectivo de castillo y el segundo, aun siendo lo mismo suena mejor. Tampoco es tan importante. En la página 45 dices que las Casas Baratasse construyeron sobre lo que fue la era delSalitre y no es así, se llamaba la era La Cruz y la era que estaba enfrente de la casa de Pepe el Herrador, donde estaba la báscula de la remolacha, se llamaba la era La Horca aunque ahora estoy dudando si confundo la una por la otra. Las casas Baratas se construyeron en los años 56-58 y el contratista que las hizo creo que se llamaba Pepe Vilches yera de Alfacar. Página 80. Ya te lo comenté por teléfono, no es Carmelo Zambudio sino Enrique, primo hermano del Lolo, que a los pocos meses emigraron a Argentina y por la información que me ha llegado allí estuvieron unos años y volvieron a España, concretamente a Cataluña. Página 81, dices que fue una excursión a las presas, no fue allí, no sé decirte exactamente donde fue pero sí cerca del cortijo del Felín o Santa Catalina, por la carretera de Castril. En la foto aparecen entre otros: Antonio “El Rubio”, Julio Terrón, Paco Agüera, Paco “El Cascarilla, Andrés Fernández, Ramón Zambudio, El Clodo, yo, no recuerdo el nombre de los tres últimos. Sentados están: El Lózar, Diego el de la Posá, Eloy Abellán, Julio Carasa, Andrés el de la Lucre, Pepe Vico, Javier López Cuartero, de los demás no recuerdo el nombre. Página 82 La foto del pilar la hizo mi tío Salvador en año 1963, que estuvo de médico en el pueblo por los años 53 - 54.

Página 83. Don José, el médico, Emilio Navarro, juez de Paz, don Atanasio, mi padre, el alcalde y Pepe Gallardo, de la Hermandad de Labradores. Están también Ángeles Navarro, Martirio, Pepa Zambudio, Regina, Piedad Carasa, Resure, Amor, Jovita y Felici… Página 98. Don Rafael Torija estuvo de cura en los primeros años de la década de los 50, dejó una muy buena imagen en el pueblo. Él pertenecía a la diócesis de Toledo y a los pocos años pasamos a depender de la diócesis de Guadix - Baza, como tú apuntas. Era primo hermano de un ministro de Franco, Licinio de la Fuente. Página 102. Los bancales de mi madre llegaban hasta la acequia que iba por encima del molino, pues en los bancales que daban a la parte lateral del cine mi abuelo tenía una almazara que mis padres tiraron porque ya no estaba en uso y con parte de esos materiales mis padres construyeron la casa delante de la cueva que heredaron. Los conos de piedra del molino de la almazara que  se encuentran a la entrada del pueblo, que se abrió desde la carretera hasta la casa de Carasa, fue una donación de mis padres al Ayuntamiento. Página 125. La erala Cruz y a la izquierda en primer plano la caseta de báscula de pesar la remolacha. En esta era es donde trillaban mis padres la cosecha de cereal y aquí he dormido muchas noches de verano, me gustaba porque dormías con una manta y como techo un cielo totalmente estrellado.

Página 155. Los tamborileros son Andrés Martínez y Everardo. Página 173. También están Andrés “El Gordo” Miguel Periago, Antonio “El Mecánico”, Ángel “El Terne”, Antonio Sánchez, Antonio Vico, Pedro “El Coscón”, Pepe Zambudio “El de la Caja”, Miguel el “Coscones” (camisa blanca), Isidro Pinteño, Antonio “El Rubio”,  Gil el de Leandra. Página 183. Entre Martirio y Ángeles está Pepa, hermana de Antoñilla. Es la única foto en que aparece Eloy Abellán, del cual yo fui alumno. El aula la tenía en la primera planta de su casa, en las habitaciones, que habían unido tirando el tabique que las dividían, y que daban a la calle del Rosario. Allí estábamos unos treinta chicos y chicas de distintas edades y niveles, podríamos decir que era una unitaria, era la privada del pueblo. Don Eloy fue un maestro represaliado de la guerra al que le prohibieron ejercer en la escuela pública. Él durante la República fue alcalde de Albox y diputado, no sé si provincial o nacional, por el partido Izquierda Republicana de Azaña que era un centro-izquierda de ahora. No sé si estuvo en prisión o no pero  lo cierto es que la escuela la puso después de agosto del 58, que fue cuando nombraron alcalde a mi padre, lo digo porque fue mi padre el que le consiguió la casa, que era del Ayuntamiento, y la autorización para dar clase. Lo cierto es que don Eloy era una persona inteligente pero, en ese momento, un tanto desmotivado para su trabajo docente.

Domingo de Resurreción, 1964






Página 185. El del sombrero es el alcalde el tío Nicolás. Página 189. Isidora era hermana de Angelillo. Página 190. No creo que sea María Egea sino Piedad la madre Paco Agüera e hija del la tía Francisca la del horno. Página 192 -93. Recoge fotos de el “Tonto Gitano” y Roque y faltan otros  personajes como el “Chavito” y el “Tonto Cortes”con los cuales teníamos un comportamiento incorrecto y que hoy sería impensable por los nombres que les dimos y por el tratamiento casi vejatorio de burlas y chanzas. Así era la sociedad en la que nos criamos y aun así creo que todos supimos rectificar nuestros comportamientos. Página 204. Esta foto está hecha en la plazoleta que había en la calle Mayor nada más empezar desde la plaza, ahora está la casa de Manolo y Carmen, que estuvieron en Suiza. Ahí  estamos arriba: Sebastián, Quico “El Zoqueto”, Pepe el de la fragua, Antonio “El Misindo” y Quico “El Latas”. Abajo: el primero no recuerdo su nombre, vivía en la cuesta del Rio, Juanito Zambudio, el tercero era de los Olivos pero no recuerdo su nombre era primo hermano de Juanito Zambudio, y Miguel Periago. Página 230. Están Miguel “El Ochopanes”, el segundo no me suena, Hipólito y “El Coscones”. Página 231. En los comentarios que hacéis sobre el río Guardal decís que había cangrejos y no es así solo tenía peces, lucios y en la parte alta truchas. Los cangrejos solo estaban en el río Galera que como comentáis los cogíamos a espuertas. Página 249. No puede ser don Cayetano. Las obras que se están haciendo son la canalización del agua para llevarla a la plaza Nueva y al pilar y esto se hizo en los primeros años de la década de los 50. Yo diría que puede ser don Rafael Torija. Bueno Leandro, ya te he hecho algunos apuntes, puedes utilizar aquellos que te sirvan para aclarar alguna situación y espero que te hayan servido de ayuda. Un abrazo. 2 de junio DE 2020

Yo le respondo: 
Veo que eres un buen observador y tienes una memoria fotográfica. He suprimido algunos párrafos tuyos, para no alargar este escrito demasiado, y te respondo a algunas cuestiones que planteas. 1. Mi padre tenía problemas de acidez de estómago y se le fue agravando, de forma que murió de un carcinoma de colon. Yo recuerdo que era alegre, cuando tenía cerca de cuarenta años. Haces muy buenas observaciones sobre la manera que tenía de tratar las fotos, en los caños de la plaza. 2. Los árabes denominaron al lugar Al-Qulayat, del que se deriva Castilleja, que significa castillo pequeño, y no es despectivo sino un diminutivo. Ahí tenemos Castilleja de la Cuesta, Castilleja de Guzmán, del Campo… Como a Huéscar le añadieron la ‘r’ final, supongo que  para diferenciarla de Huesca, pues aquí dirían "nosotros no vamos a ser menos y a Castilleja le ponemos una 'r' también". En el siglo XIX y XX se utilizaban ambos topónimos, indistintamente. 3. Según las escrituras, las Casas Baratas las edificaron en la “antigua era de laHorca y del Salitre”, habrá que pensar que allí ahorcaron a alguien. 4. En cuanto al rio Guardal (viene del nombre árabe Wadi al-Hardar, modificado después por Guadahardal), yo he pescado cangrejos muchas veces y en los remansos tenían las madrigueras. 5. Don Eloy Ferrer fue diputado provincial por Almería y estuvo en la Prisión de Burgos, lo tuve también de maestro. Gracias por los interesantes datos que aportas y me alegro de que tu video Castilléjar 1984 haya recibido más de cinco mil de visitas. Recuerdo mi agradecimiento a los veintiún castillejanos que colaboraron en el libro aportando fotografías.







Posdata: el libro se vende en El Ecomuseo, en el Estanco y laPanadería de Blas,  en Castilléjar. Así como en las Librerías Don Bosco de Granada y Pipper de Guadix. En breve lo llevaré también a Baza y a Huéscar.


PADRE MANUEL CANTERO, 2012

A PROPÓSITO DE ANTONIO JARA

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Fachada antigua del Ayuntamiento de Granada






El 14 de junio pasado, el diario Idealpublicó una extensa entrevista con Antonio Jara, que fue alcalde de Granada durante los años 1979 y 1991. Me han llamado la atención varios comentarios suyos: “Los partidos buscan disciplina y obediencia, no quieren pensamiento, no quieren ideas… Antiguo Ayuntamiento de GranadaHe vivido en guerra permanente con el Psoe”. Y más adelante, afirma: “Me temo que a nivel local, el listón político ha ido bajando…, la formación de la gente es corta (…). La sólida formación era incompatible con la militancia”. Estoy de acuerdo, pero esto también ocurre a nivel nacional después de la Transición, donde había políticos muy preparados, como Tierno Galván, Herrero de Miñón, Oscar Alzaga, Fernández Ordóñez… Yo recuerdo que, para ser delegado provincial, era requisito pertenecer al grupo A (licenciado universitario), hasta que entró gente de aluvión con bachiller elemental, fácilmente manejable, o que nunca ha cotizado a la Seguridad Social, como se quejaba Joaquín Leguina no hace mucho de sus compañeros del Psoe. A esto hay que añadir que los partidos políticos no son democráticos, sino ‘dedocráticos’.

Jara se queja con razón de que “en Granada no hay espíritu público, no hay ciudadanía, no hay asociación, no hay comunidad, no hay objetivos compartidos… Yo, a efectos ilustrativos, digo, son familias. No he visto nunca tantos apellidos compuestos en una ciudad”. Más adelante, afirma que “no hay proyecto, no hay liderazgo, no hay sociedad. ¡Estas cosas de que hay que ir a Madrid para enterarse de qué acuerdo se ha alcanzado en Granada!”. Se refiere al acuerdo que alcanzaron en Madrid, Ciudadanos y el Partido Popular para que el alcalde de Granada fuera Luis Salvadory no Sebastián Pérez, a quien le correspondía el cargo por el mayor número de concejales. Jara se olvida cuando el vicepresidente Alfonso Guerra destituyó al presidente andaluz Rafael Escuredo, porque entonces los presidentes de la Comunidad de Andalucía eran poco menos que delegadosdel Gobiernode MadridDe Gaspar Zarrías, vicepresidente de Manuel Chaves, se decía que no se movía una hoja en Andalucía sin que él lo supiera, porque lo controlaba todo. Es cierto que los políticos granadinos casi siempre han hecho lo que les han ordenado sus partidos de Sevilla y que en Granada predomina la oligarquía y el caciquismo, tanto de la derecha como de la izquierda.

En otro apartado, el exalcalde afirma que “es una sociedad más unida y cohesionada por las creencias que por los valores cívicos y aglutinada en torno a la Catedral y no en torno al Consistorio”. Viene a decir que la ciudad de Granada es católica, con una mentalidad atrasada. Aquí ha gobernado el Ayuntamiento durantemás años la izquierda que la derecha. Y no digamos la Diputacióno Andalucía. Seguidamente, Jara cita una frase de García Lorca, “en esta bendita tierra nunca dos y dos no son cuatro”. Es sabido que el poeta dijo que “en Granada está la peor burguesía del mundo”, porque se sintió rechazado por algunos sectores de la sociedad y aquí nunca hubiera triunfado. Pero la desunión en Granada siempre ha sido por culpa de los políticos y por su escasa talla.

El periodista Quico Chirino le recuerda a Jara que “en los últimos veinte años hemos vivido más tiempo en contra de los proyectos que a favor. Que no se acabara la autovía de la Costa, que no se haga el espacio escénico”. Y le responde que Granada “ha sido en los últimos años comparsa muda y desdeñada por culpa de los partidos políticos”. Sin embargo, hay que aclarar que desde que tenemos la autonomía en Andalucía, Granada ha sido marginada continuamente por los diferentes gobiernos socialistas andaluces, mientras que Sevilla y Málaga se llevaron siempre las mejores tajadas. Cuando estaba de consejera, la malagueña Magdalena Álvarez, la terminal 2 del aeropuerto de Málaga recibió más inversiones que toda la provincia de Granada. El aeropuerto de Granada (más parece el de la señorita Pepis) y el puerto de Motril son claros ejemplos de las escasas inversiones de la Junta en Granada. Un cargo granadino del Psoedenunció en la prensa que, el Gobierno de la Junta boicoteaba todos los proyectos que llegaban de Granada,mientras tanto, le echaban la culpa de todo al entonces alcalde Torres Hurtado. Hasta que se descubrió el pastel. Jara se queja de que “Todos nuestros grandes valores, nuestros recursos potentes (se refiere a la Alhambra,Sierra Nevada, el Centro Lorca…) están sufriendo reputacionalmente. ¿Alguien se ha preguntado por qué?”. Se olvida de los casos de corrupción de laAlhambra y de Sierra Nevada, donde las directoras de estos organismos fueron denunciadas en los juzgados. Item más, los ingresos de la Alhambra no se destinaban a la ciudad de Granada, sino que servían para financiar otros proyectos de Andalucía. Por esto tienen mala reputación. Fue precisamente Jara quien ordenó construir la estación de autobuses en el Paseo del Salón y, cuando estaba casi construida, se despachó así: “Ya decía yo que no era viable que saliera un autocar cada cinco minutos del Paseo del Salón”. Cuando el proyecto fue suyo.


Fundación CajaGranada y Bankia





Más adelante leemos que “en 2002 entró en el Consejo Consultivo”, aunque tengo entendido que el exedil fue presidente de este órgano, que deja mucho que desear. Hasta que en 2009, le encargaron que asumiera la presidencia de CajaGranada. El exalcalde afirma que “el Gobierno andaluz nunca tuvo una política financiera para Andalucía. El proyecto de ‘caja única’ no era más que un proyecto de absorción de todas las entidades por Unicaja. Se han podido hacer las cosas mejor”. Aquí lleva toda la razón, Manuel Chaves quisotener una caja donde hacer sus manejos y financiar al Psoe andaluz, hasta le condonaron un elevado préstamo. Debo señalar que CajaGranada era la que tenía más cartillas y tarjetas de la provincia de Granada, hasta que los políticos del Psoe la arruinaron, lo mismo que hicieron los partidos con el resto de las cajas de España. Finalmente, Jara trata de justificarse: “Yo no traicioné nada, en CajaGranada los clientes no han sufrido, no ha habido corralito, no ha habido intervención…”. Hay que añadir que de la antigua Caja de Ahorros de Granada fueron despedidos cientos de empleados y otros tantos fueron trasladados, pues fue absorbida por Bankia. Pero, con sus luces y  sombras,se puede decir que Antonio Jara ha sido uno de los mejores ediles que ha tenido Granada.


LOS GALLOS CANTAN


GUADIX, ENTRE EL ENCANTO Y EL ABANDONO

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Contemplar la salida y las espectaculares puestas de sol, desde los Cerros de Medina, con las primeras luces de las cuevas titilando a lo lejos, oír el repique de las campanas de la Catedral el domingo al mediodía, tomarte unos churros para desayunar, comprar una hogaza de pan o medio quilo de boquerones en la pescadería, después de estar guardando cola, tomarte una cerveza acompañada de unos callos con garbanzos en el bar Cervantes, o darte un paseo por la acera del cauce seco del rio Guadix, es algo que no tienen todas las ciudades. Hace unas semanas fui al Mercadillo del Sábado –un espectáculo de frutas, verduras y ropa–, en esto llegó un hombre de unos cincuenta años y empezó a escoger los tomates del puesto, de manera que le dije bastante irritado: “¡Pero, hombre, con el contagio que hay y tocando los tomates! Además, yo he llegado antes que usted”. Ante el chorreo que le vino encima, no tuvo más remedio que reconocer la evidencia y, cuando se marchó, le dije al del puesto: “Ya sabemos que los tomates pasan por cincuenta manos, pero que los manoseen aquí también”. El tío del puesto asintió pero no dicen nada a los manoseadores  porque saben que pierden a un cliente y, lo que es peor, es ya una costumbre convertida en ley en algunos puestos.

Otro día fui a una nave del Polígono Industrial, donde estábamos varios hombres en el interior haciendo cola, guardando la distancia y con las mascarillas puestas. En esto, entró un joven, sin mascarilla, y al poco empezó a toser. Cuando me marchaba, no pude evitarlo y le solté: “¡Sin mascarilla y tosiendo!”. Pero el tipo se despachó así: “Hay algunos que saben mucho de leyes”. Entonces, le dije sin pensarlo: “¡No tienes vergüenza, si te empeñas llamo a la policía!”. El joven no se achantó aunque respondió en voz baja: “¡Pues, llámala”. En la tienda nadie abrió la boca y los empleados menos, cuando había riesgo de contagio y más en un local cerrado. Para no complicar las cosas, preferí no contestar y me marché. Esto también ocurre en Guadix, a pesar del contagio que hay.

En la avenida Mariana Pineda, donde confluye con la calle Manuel de Falla, hay un semáforo que no lo ves hasta que estás a varios metros porque lo tapan las ramas de un árbol. Aquí es fácil que pueda ocurrir un accidente en cualquier momento. El Ayuntamiento podía hacer una rotonda en este cruce, se ahorraría los cuatro semáforos (más otros dos con desviación a la izquierda) y los vehículos no tendrían que estar esperando muchos minutos. Entrando a Guadix por el Oeste, desde la A-92, desde el Supermercado Dani hasta el Mercadona (la salida hacia Alcudia), he contado catorce semáforos, varios con desvío lateral. La avenida Medina Olmos está “sembrada de semáforos” (varios de ellos cada cincuenta metros más o menos), por lo que es lenta la circulación en la calle más comercial de Guadix. Sin embargo, para recorrer los 2,5 kilómetros de la calle Real de Málaga, de Las Gabias (desde la entrada a la salida, en dirección a la Malahá), hay cinco semáforos (tres veces menos), de manera que la circulación es fluida, aunque es posible que el tráfico sea más intenso en Guadix, al ser cabeza de comarca. Pero aquí parece que el tiempo se ha detenido, y más ahora con la pandemia y la crisis económica, en que los comercios cierran y la juventud emigra, porque no tiene futuro.

Guadix, tan lejos y tan cerca, donde Pedro Antonio de Alarcón aparece ensimismado en el parque, a veces con una paloma posada sobre su cabeza (la paloma es un símbolo de Guadix, como la Plaza de las Palomas), en esa estatua que tuvo que hacerse por suscripción popular porque las autoridades de entonces no reconocieron al eximio escritor. Guadix es un conjunto histórico, todavía no reconocido oficialmente, donde conviven el centro noble y los barrios pobres, como en tiempos de los Reyes Católicos. Pero al final acabas amando a esta tierra roja, de arenisca y arcilla, de cuevas centenarias y monumentos históricos que se caen a pedazos, mientras que el guadijeño te ofrece una conversación cálida.

Copio este párrafo de la página de Facebook,de la fundaciónRichard H. Driehaus Architecture Competition”, del 14 de julio: “Primer premio del Concurso de Arquitectura 2019-2020 – Guadix. La propuesta seleccionada para obtener el primer premio por el jurado ha sido Pisando la Tierra, de la que son autores los arquitectos Alfonso Zavala Cendra y Ramón Andrada González-Parrado, con la colaboración de José María Fernández Amor y Álvaro Romero Sancho. La propuesta destaca especialmente por la reordenación de la Plaza Pedro de Mendoza, que devuelve el protagonismo al principal acceso histórico a la Alcazaba, así como por la naturalidad con la que este acceso restituido por medio de la construcción de una serie de plataformas en varios niveles. El jurado señaló también la calidad de la solución propuesta para la manzana residencial hoy en ruinas, donde se ponen magistralmente en práctica las formas y los materiales propios de la tradición accitana, con un resultado perfectamente acorde con la identidad del lugar”.






Hay que celebrar que el entorno de la Alcazabade Guadix haya obtenido el primer premio, pero la fundación sólo paga el diseño del proyecto, pues la financiación para llevarlo a cabo habría que buscarla en las instituciones. Hasta ahora, ningún proyecto premiado por la fundación ha sido llevado a cabo, seguramente por su elevado coste. El proyecto remodela la plaza Pedro de Mendoza,que sirve de entrada a la Alcazaba por el sureste.En el antiguo Seminario se haría un hotel mientras que la iglesia de San Agustín se convertiría en un salón para eventos; se construirían también viviendas unifamiliares y comunitarias entre las calles Amezcua e Ibáñez. Cuesta poco soñar en medio de las ruinas de la Alcazaba y del antiguo Seminario. La imagen del estado actual del entorno de la Alcazaba es del Centro de Estudios Pedro Suárez. Guadix te atrapa con el encanto de sus paisajes, por sus monumentos históricos y sus tradiciones, a la vez que te duele el estado de abandono en que se encuentra por la inacción de los políticos y por las escasas inversiones que recibe.


 https://en-clase.ideal.es/2020/08/02/leandro-garcia-casanova-guadix-entre-el-encanto-y-el-abandono/?fbclid=IwAR1IG_60TB_wy6cEWyfO6w-ALyPSD5RUeKn2amOYv1ABpJlgqOmkAR7YArU

 


INTRODUCCIÓN: CASTILLEJA DE LOS RÍOS

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Vista de Castilléjar, años sesenta. Foto Pili Fernández
 

 



Copio una parte de la Introducción de mi libro, "LeandroCastilleja de los Ríos en blanco y negro.                                                         



La intención de editar este libro ha sido para reunir una mínima parte de la obra dispersa de mi padre, el fotógrafo y cartero Leandro García Domínguez (1919-1977). Hizo miles de fotografías, en blanco y negro, que varias generaciones de castillejaranos entre los años cincuenta y setenta han sabido conservar como el paño en el arca. Y al mismo tiempo, quiero dedicarle este libro como un reconocimiento a su labor, aunque Leandro nunca imaginó que esas fotos, en blanco y negro, cobrarían tanta importancia con el tiempo, pues hoy las conservan los hijos y los nietos de los retratados (…). Tengo que decir que han sido numerosos castillejanos los que me han recordado anécdotas de mi padre, o que me han dado las gracias por esas inolvidables fotos que hizo y que hoy son como piezas de museo. También han sido muchos los paisanos y amigos a quienes les he regalado alguna foto de mi padre, y al revés: me han entregado desinteresadamente retratos de aquella época y me han dado una alegría inmensa, al ver a conocidos, que fallecieron hace tiempo y los tenía olvidados, incluso a familiares, o paisajes ya desaparecidos. Hace años, me decía Maricruz Domínguez, una prima de mi padre, “llevo un año con la foto en la cartera esperando a ver si te veía”, o Dori Carasa que me envió otra, en ambas estoy con mi padre y mi hermana y tendré poco más de tres años. Cuando contemplo esas fotos parece que estoy en el limbo, pues yo tendría poco más de dos años. Los años pasan pero las fotografías permanecen.

 Por eso gustan tanto esas imágenes de antaño, en blanco y negro, porque nos transportan a nuestra infancia, a la época de cuando nuestros padres eran jóvenes y Castilléjar era todo el mundo conocido para nosotros. Hace poco, contemplaba una foto en que mis padres están con la familia de Juan el molinero (tenía unas hijas muy guapas), en una alameda, compartiendo una comida en un día festivo. Yo tendría unos seis años y mi padre andaría por los cuarenta, el caso es que se me saltaron las lágrimas pues añoro aquella época de la infancia. Últimamente les escribí a conocidos y amigos del pueblo a ver si tenían fotos antiguas para este libro, bastantes me las proporcionaron generosamente mientras que otros ni me contestaron. Así es la vida (…). ¿Quién no se hizo una foto con Leandro, en aquella época en que era el único fotógrafo del pueblo y siempre estaba disponible? Fue un autodidacta, yo lo recuerdo leyendo libros de fotos y montando su peculiar laboratorio, al lado de la puerta de entrada de la casa (y del portal, donde repartía las cartas sobre las siete de la tarde), que mis padres tenían en la calle del Rosario, número cinco. Es una pena que no haya quedado alguna imagen de esos repartos de cartas, con la gente apelotonada en el portal esperando oír su nombre. Eran cientos de emigrantes los que escribían a sus padres, con mucho sentimiento, desde Cataluña, Francia o Alemania (…). Con el tiempo, Leandro se convirtió en un fotógrafo que se conocía el oficio y recuerdo que los “catalanes” –los emigrantes que venían en las vacaciones y en la Feria de Septiembre– le compraban sobre todo las postales con los paisajes tan bonitos y pintorescos del pueblo, para enseñarlas en Cataluña: la vega y los ríos Guardal y Galera, los Barrancos, las cuevas y las eras, las calles y plazas, los barrios de Los Evangelistas, San Marcos o Santo Domingo, la ermita de Santo Domingo, la iglesia de la Concepción, las plazas del Caudillo y Nueva, la calle Mayor... Las postales las tenía expuestas en una pequeña vitrina de madera.

 Recuerdo que La gente venía a hacerse fotos para el carné de identidad y, al comienzo del curso en las escuelas, a veces le hacía fotos a cada uno de los niños. En fin, mi padre siempre andaba con la máquina en ristre, ya que lo suyo era vocación por la fotografía. Espero que os gusten las fotos en blanco y negro, con los capítulos siguientes: “Las escuelas y los niños”, hoy muchos de ellos son abuelos; en “Personajes”, la mayoría de las personas mayores que salen retratadas fallecieron; Castilléjar se ha ensanchado y su aspecto ha cambiado bastante, por eso lo llamo “Paisajes ya desaparecidos”; en “Leandro”, vienen algunas fotos de familia, y reservo otros capítulos para las “Fiestas” y los “Trabajos”del campo y la costura. Entonces las calles eran de tierra, no había agua potable ni luz eléctrica en todas las viviendas, la mayoría de los habitantes vivían en cuevas y sólo se veían unos cuantos coches y motocicletas, mientras que los animales de carga se utilizaban para el campo; nada se tiraba entonces y la gente era más humilde y solidaria con los demás, por la noche, las mujeres y hombres se sentaban a la puerta para charlar con las vecinos (…). Finalmente, tengo que decir que estas fotos tan entrañables que hizo mi padre, quitando alguna que otra, son de las más antiguas del pueblo y ya forman parte del patrimonio y de la memoria colectiva de Castilléjar (…).  El topónimo Castilleja de los Ríos es la mejor definición del pueblo y para mí es de los más bonitos de la provincia de Granada: Castilleja viene de castillejo, fortaleza pequeña, y De los ríos, por el Guardal y el Galera. El ejemplo lo tenemos en Castro del Río o en Castril de la Peña. Por eso, en homenaje a mi padre y como reivindicación del pueblo, he titulado el libro, “Leandro: Castilleja de los Ríos en blanco y negro”.

 (…). Quiero mostrar mi agradecimiento a quienes me han prestado fotografías para este libro, unos han colaborado con más y otros con menos, los enumero por orden alfabético: Antonia Moreno, ‘Arcoiris’, Antonio “el Solicita”, Ángeles Triguero, Carlos Durán, Carmen Martínez Lorente, Cirilo Vico, Conchi Román, Custo Pinteño, Dori y Josefa Carasa, Felipe Heras, Fernando Triguero, Flora y  Mari Román, Francisco Arán, Javier López, Justo García, Luís Dengra, Manolo Martínez, Mari Zambudio, Pablo Zambudio, Pepe Pinteño y Pili Fernández.

Posdata: el libro se vende en Castilléjar: en El Ecomuseoel Estanco y la Panadería de Blas. En Granada: Librería Don Bosco, calle Melchor Almagro, 9; Papelería Atalaya, Camino de Ronda 101; Hiperprensa, en Pintor Zuloaga 5. En Guadix, Librería Pipperen Plaza Chuchilleros, 4. Y en Huéscar, Librería Conchi Jesama, en calle Morote, 16. 


LA VIEJA ENCINA DE MONTEVIVE

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Recuerdo que una fría mañana de enero de 1996 llegué con mi familia a Las Gabias. Pero, antes de tomar posesión de la nueva casa, entre tanto follín del traslado y antes de que llegara el tío del camión con los muebles, nos dio por  comernos unos churros en el quiosco que había en la plaza de Armilla. En medio de tanta bulla, siempre es bueno hacer un alto en el camino para echar un bocado. El caso es que los churros, a las siete de la mañana, nos sentaron bastante bien y hay gente que tiene arte con los palillos en la sartén de aceite. Hace unos meses repetímos la misma operación pero el lugar y el precio ya no eran los mismos, pues el quiosco ha cambiado de lugar: “¿A cómo son?”, pregunté. El del mandil no supo decirme a ciencia cierta a cuánto salía el kilo de churros, aunque los churreros tienen salida para todo: “¡Hombre, nosotros siempre aconsejamos una rosca para cuatro personas!”. “Bueno”, le dije, con resignación. El caso es que me vine para Las Gabias con mi rosca de churros y con dos euros y medio menos en el bolsillo. En algunos sitios –como en una churrería que había por el Gran Eje de Jaén- te servían las roscas de churros atadas con un junco, si eran para llevar. Y la verdad es que quedaban la mar de bien.

El caso es que, al poco de llegar nosotros al pueblo, llegó el camioncillo con los muebles y los trastos. Era la película de siempre –maletas para arriba y maletas para abajo– y el viaje a ninguna parte, aunque ya llevaba unos pocos en el cuerpo. Quizá quedaba flotando en el aire la pregunta de cuánto tiempo íbamos a durar aquí. Luego nos pasamos un mes ordenando la casa, con el estrés que conlleva un traslado, pues todo te resulta nuevo y tienes que empezar prácticamente desde cero. Pero yo no tenía tiempo ni ganas de hacerme demasiadas preguntas: sólo sabía que llegaba a mi tierra y eso ya era suficiente. Había salido de Granada veinte años antes, aunque Carlos Gardel aseguraba que “veinte años no es nada”, y yo estoy por darle la razón pues la vida se pasa volando. El mísero mundo se volvió un poco más triste sin sus trinos de pájaro cantor. El caso es que, durante los años de ausencia, mis padres y algunos de mis mejores amigos se fueron quedando en el camino, calladamente, pero dejando un vacío en mi alma que nunca he podido rellenar. Ahora tenía que empezar de nuevo con la brega, pero esta vez sin los seres queridos y recordados.



Al principio, recuerdo que un pastor tenía la costumbre de pasar con su rebaño de ovejas y cabras por delante de mi casa. En cuanto oían los cencerros, mi mujer y una vecina salían a gritarle al pastor: “¡Oye, chaval! ¿Pero no te das cuenta que aquí vivimos personas? ¡Por Diooos!...”. Pero el pastor se hacía el sordo y yo mismo tenía que meterme entre los borregos para alcanzarlo, pues iba siempre delante del rebaño, acompañado de sus dos perros: “¡Pero, hombreee! ¿Es que no puedes echar por la parte de atrás?”. El resultado era que las cabras hispánicas y los borregos ibéricos dejaban en la calle un reguero de cagarrutas y una peste flotando en el ambiente de muy señor mío, pues es notorio que estos animales atufan demasiado. Así tuvimos varias escaramuzas, hasta que una tarde amenacé al rabadán: “Mañana te voy a poner una denuncia en el Ayuntamiento”. Aquello fue mano de santo, se convenció entonces que la cañada de atrás, llamada de Contreras, era más segura. El pastor encerraba el ganado en un corral que había dos calles más arriba y una vecina me decía que no podía abrir las ventanas en el verano. Por aquellos días, en la tapia de mi patio, solía encaramarse un lagarto verde, como haciéndote ver que aquel terreno era propiedad de sus antepasados; pero al poco tiempo desapareció. Y, enfrente de mi casa, en la chimenea del vecino, se posaba por las mañanas un búho pequeño pero también emigró.  

 
En los días de verano, a causa de la calina, apenas si se distingue Las Gabias desde el mirador de San Cristóbal; pero la imagen mutilada, convertida en varios trozos y triste de Montevive –otrora un monte altivo y orgulloso, de color leonado– aparece entre cansina y agostada sobre el horizonte azul. El doctor Manuel Rodríguez Carreño describió así el paisaje que veía, desde la cumbre de Montevive, a mediados del siglo XIX: “(...) las apiñadas y pintorescas alquerías y casas de campo que cercan Granada, las cuales aparecen recostadas sobre la alfombra de sus deliciosas vegas y recrean el alma elevándola a meditaciones sublimes”. Llegando a Las Gabias por la carretera, llama la atención la diminuta silueta de la vieja encina, que se alza majestuosa y altiva en mitad de la cima del cerro, como si fuera la conciencia de los atropellos que allí se han cometido. Un gabirro centenario me contó un día que Montevive había sido testigo fiel de las viejas historias y leyendas de Alhendín, La Malahá y Las Gabias. Y en otra ocasión, una gabirra me dijo: “Antes de que lo destrozaran, Montevive se asemejaba a los pechos de una mujer”. Hasta hace pocos años, en la festividad de San Marcos, grupos de jóvenes subían al monte a pasar el día y se comían allí el hornazo, pero esta tradición se ha perdido pues el ayuntamiento reparte ahora los hornazos en el parque periurbano. La mina de estroncio está abandonada desde hace tiempo y la imagen de la vieja encina nos indica que aquellos parajes deformados han sobrevivido a la devastación (hay zorros, cuervos y otros muchos animales), que también afectó a los restos arqueológicos de una cueva. Montevive está vallado por los propietarios de la mina y un guarda me echó de los alrededores hace unos años, ni eso permiten. No llamé a la Guardia Civil porque no llevaba el móvilPor eso se ha convertido en un símbolo, como las Montañas Negras de los pieles rojas donde anidaban sus espíritus. Es de justicia que los Ayuntamientos de Las Gabias, La Malahá y Alhendín recuperen Montevive, para que pueda ser visitado y repoblado.




GUADIX, ENTRE EL ENCANTO Y EL ABANDONO

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Contemplar la salida y las espectaculares puestas de sol, desde los Cerros de Medina, con las primeras luces de las cuevas titilando a lo lejos, oír el repique de las campanas de la Catedral el domingo al mediodía, tomarte unos churros para desayunar, comprar una hogaza de pan o medio quilo de boquerones en la pescadería, después de estar guardando cola, tomarte una cerveza acompañada de unos callos con garbanzos en el bar Cervantes, o darte un paseo por la acera del cauce seco del rio Guadix, es algo que no tienen todas las ciudades. Hace unas semanas fui al Mercadillo del Sábado –un espectáculo de frutas, verduras y ropa–, en esto llegó un hombre de unos cincuenta años y empezó a escoger los tomates del puesto, de manera que le dije bastante irritado: “¡Pero, hombre, con el contagio que hay y tocando los tomates! Además, yo he llegado antes que usted”. Ante el chorreo que le vino encima, no tuvo más remedio que reconocer la evidencia y, cuando se marchó, le dije al del puesto: “Ya sabemos que los tomates pasan por cincuenta manos, pero que los manoseen aquí también”. El tío del puesto asintió pero no dicen nada a los manoseadores  porque saben que pierden a un cliente y, lo que es peor, es ya una costumbre convertida en ley en algunos puestos.

Otro día fui a una nave del Polígono Industrial, donde estábamos varios hombres en el interior haciendo cola, guardando la distancia y con las mascarillas puestas. En esto, entró un joven, sin mascarilla, y al poco empezó a toser. Cuando me marchaba, no pude evitarlo y le solté: “¡Sin mascarilla y tosiendo!”. Pero el tipo se despachó así: “Hay algunos que saben mucho de leyes”. Entonces, le dije sin pensarlo: “¡No tienes vergüenza, si te empeñas llamo a la policía!”. El joven no se achantó aunque respondió en voz baja: “¡Pues, llámala”. En la tienda nadie abrió la boca y los empleados menos, cuando había riesgo de contagio y más en un local cerrado. Para no complicar las cosas, preferí no contestar y me marché. Esto también ocurre en Guadix, a pesar del contagio que hay.

En la avenida Mariana Pineda, donde confluye con la calle Manuel de Falla, hay un semáforo que no lo ves hasta que estás a varios metros porque lo tapan las ramas de un árbol. Aquí es fácil que pueda ocurrir un accidente en cualquier momento. El Ayuntamiento podía hacer una rotonda en este cruce, se ahorraría los cuatro semáforos (más otros dos con desviación a la izquierda) y los vehículos no tendrían que estar esperando muchos minutos. Entrando a Guadix por el Oeste, desde la A-92, desde el Supermercado Dani hasta el Mercadona (la salida hacia Alcudia), he contado catorce semáforos, varios con desvío lateral. La avenida Medina Olmos está “sembrada de semáforos” (varios de ellos cada cincuenta metros más o menos), por lo que es lenta la circulación en la calle más comercial de Guadix. Sin embargo, para recorrer los 2,5 kilómetros de la calle Real de Málaga, de Las Gabias (desde la entrada a la salida, en dirección a la Malahá), hay cinco semáforos (tres veces menos), de manera que la circulación es fluida, aunque es posible que el tráfico sea más intenso en Guadix, al ser cabeza de comarca. Pero aquí parece que el tiempo se ha detenido, y más ahora con la pandemia y la crisis económica, en que los comercios cierran y la juventud emigra, porque no tiene futuro.

Guadix, tan lejos y tan cerca, donde Pedro Antonio de Alarcón aparece ensimismado en el parque, a veces con una paloma posada sobre su cabeza (la paloma es un símbolo de Guadix, como la Plaza de las Palomas), en esa estatua que tuvo que hacerse por suscripción popular porque las autoridades de entonces no reconocieron al eximio escritor. Guadix es un conjunto histórico, todavía no reconocido oficialmente, donde conviven el centro noble y los barrios pobres, como en tiempos de los Reyes Católicos. Pero al final acabas amando a esta tierra roja, de arenisca y arcilla, de cuevas centenarias y monumentos históricos que se caen a pedazos, mientras que el guadijeño te ofrece una conversación cálida.

Copio este párrafo de la página de Facebook,de la fundaciónRichard H. Driehaus Architecture Competition”, del 14 de julio: “Primer premio del Concurso de Arquitectura 2019-2020 – Guadix. La propuesta seleccionada para obtener el primer premio por el jurado ha sido Pisando la Tierra, de la que son autores los arquitectos Alfonso Zavala Cendra y Ramón Andrada González-Parrado, con la colaboración de José María Fernández Amor y Álvaro Romero Sancho. La propuesta destaca especialmente por la reordenación de la Plaza Pedro de Mendoza, que devuelve el protagonismo al principal acceso histórico a la Alcazaba, así como por la naturalidad con la que este acceso restituido por medio de la construcción de una serie de plataformas en varios niveles. El jurado señaló también la calidad de la solución propuesta para la manzana residencial hoy en ruinas, donde se ponen magistralmente en práctica las formas y los materiales propios de la tradición accitana, con un resultado perfectamente acorde con la identidad del lugar”.






Hay que celebrar que el entorno de la Alcazabade Guadix haya obtenido el primer premio, pero la fundación sólo paga el diseño del proyecto, pues la financiación para llevarlo a cabo habría que buscarla en las instituciones. Hasta ahora, ningún proyecto premiado por la fundación ha sido llevado a cabo, seguramente por su elevado coste. El proyecto remodela la plaza Pedro de Mendoza,que sirve de entrada a la Alcazaba por el sureste.En el antiguo Seminario se haría un hotel mientras que la iglesia de San Agustín se convertiría en un salón para eventos; se construirían también viviendas unifamiliares y comunitarias entre las calles Amezcua e Ibáñez. Cuesta poco soñar en medio de las ruinas de la Alcazaba y del antiguo Seminario. La imagen del estado actual del entorno de la Alcazaba es del Centro de Estudios Pedro Suárez. Guadix te atrapa con el encanto de sus paisajes, por sus monumentos históricos y sus tradiciones, a la vez que te duele el estado de abandono en que se encuentra por la inacción de los políticos y por las escasas inversiones que recibe.


 https://en-clase.ideal.es/2020/08/02/leandro-garcia-casanova-guadix-entre-el-encanto-y-el-abandono/?fbclid=IwAR1IG_60TB_wy6cEWyfO6w-ALyPSD5RUeKn2amOYv1ABpJlgqOmkAR7YArU

 


CIEN AÑOS DESPUÉS

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El 13 de abril, Jesús Martínez Lorente me escribe este mensaje por Facebook: “Hola, tengo una cosa de tu padre, cuando vengas al pueblo, búscame”. Bastante extrañado, le respondo: “Gracias, Jesús, ¿puedes decirme de qué se trata?”. Y me dice: “De un cuaderno de madera y por dentro está el nombre de tu padre. Estuve pintando hace bastantes años en las cuevas del Mosco, me hizo gracia y lo guardé. Mándame el teléfono tuyo y te mando las fotos”. Jesús me envió dos fotos por wasap, donde se ven dos tablas de madera con el nombre y los apellidos de mi padre escritos a lápiz. Un tanto desconcertado, le escribo: “Reconozco esa letra de mi padre, cuando era joven. ¿Encontraste las tablas en la cueva del Mosco, que un familiar vendió a un inglés?”. Y me responde: “Sí, estuve pintándola y me hizo gracia”.Quedamos en que nos veríamos en septiembre u octubre, cuando yo fuera a Castilléjar. Ambos tenemos amistad por Facebook, pero no nos conocíamos, aunque conozco a su hermano Antonio desde la infancia. La mañana del 26 de agosto me paso por el pueblo y decido llamar a Jesús, aunque aquellas tablas no acababan de convencerme. Quedamos en el bar “El Rincón” y, después de saludarnos, me entrega el cuaderno de madera. Yo pensaba que era de mayor tamaño pero me quedo sorprendido cuando lo veo, porque es bonito y original.



Jesús confiesa que lo ha guardado durante veinte años, “porque me llamó la atención”. “Se nota que te gusta guardar las cosas y luego el detalle que has tenido conmigo, esto no lo hace cualquiera”, le digo a modo de bienvenida. Hablamos de las fotografías de mi padre, me cuenta que es pintor y que fue a Granada a pintarle el piso a un paisano. Congeniamos pronto, porque Jesús es claro y sencillo, me habla de su madre, de noventa y dos años, que tiene demencia senil, de sus hijas y de que cada año hay más viviendas vacías en el pueblo. El cuaderno de madera es de 15 por 23,5 centímetros (el tamaño de un libro, un poco más grande que una octavilla) y con un grosor de 1,5 centímetros. Tiene unas correas de cuero que van clavadas con puntillas: una larga, que abraza las maderas y se abrocha con una hebilla, pero, como le falta la otra correa, fue sustituida por tres trozos de cuero, cortos y bastos, que van clavados también. De manera que, al abrir las tablas, parecen las tapas de un cuaderno, con la madera pulida. En una cara tiene dibujos decorativos, una balaustrada y unos pinos de color marrón con el fondo dorado, y la otra cara tiene el fondo marrón.


                                              


 En la parte interior de una tabla, viene escrito a lápiz “Leandro García Domínguez”, por dos veces. La letra de abajo es más del doble de grande que la de arriba y se nota que es posterior porque tiene mejor caligrafía. Las he comparado con otros escritos de mi padre, de cuando era joven, y es igual. Es una letra bastardilla, parecida a la que viene en el libro “Lectura de manuscritos”, de la editorial Saturnino Calleja, que compró mi bisabuelo Leandro a finales del siglo XIX, o principios del XX, y que yo conservo. En mi infancia, aparte de los deberes de la escuela, yo tenía que copiar el texto de la página cuarenta y ocho de este manuscrito, en una plana que diariamente tenía que presentarle a mi padre: “Como comprendo que el hombre público no se pertenece en muchas ocasiones, y que a veces tiene que sacrificar los más puros sentimientos en aras del deber…”.¡Cuántas veces habré copiado estos renglones! Por cada día que no escribía la plana, mi padre me castigaba con doble ración. Precisamente, en esa página y en dos más vienen copiados a lápiz el nombre y los apellidos de mi padre, con la misma letra que la del cuaderno de madera. Por eso, estoy convencido de que a él también le echaban una plana diaria, de la misma página, para que aprendiera a escribir bien, con esa letra inclinada que estaba tan de moda en aquella época. Mi padre me contaba que, cuando era niño, un maestrillo (tendría algunos estudios) se pasaba por el cortijo de San José y le daba clase a varios niños, creo que le pagaban dos o tres pesetas al mes. Esto fue por los años veinte, del siglo pasado, ya que nació en 1919. 




En esto, le dije a Jesús: “Las vueltas que da la vida, este cuaderno de madera se lo compraría mi bisabuelo a mi padre por los años veinte, en Huéscar. Y resulta que cien años después, tú me lo entregas. Esto solo lo hace una buena persona, como tú”. Aunque me confesó que había comprado dos ejemplares, de mi último libro, “Leandro: Castilleja de los Ríos en blanco y negro”, le regalé otro y se lo dediqué. Antes de despedirse, me dijo: “Podías escribir algo sobre esto”. A mí no se me hubiera ocurrido, pero se lo prometí a Jesús


En el cuaderno de madera, mi padre guardaría algún librillo, como el manuscrito, y la libreta donde hacía los deberes, lo extraño es que él nunca nos dijo nada, aunque conservo un tintero antiguo con un tapón de corcho, que encontré colgado en la pared de la cueva de mi abuela, y que será también de aquel tiempo. Son muchas las casualidades y coincidencias que nos unen con nuestros seres queridos, a pesar de que hace cuarenta y dos años que falleció mi padre. Familiares y conocidos me han entregado a veces fotografías y recuerdos de mis padres, años después de haber fallecido. No hace un mes, una prima deGalera me envió fotos de mi padre cuando hizo la mili en Larache (Marruecos), y una paisana deCastilléjar me dijo que su tía estuvo casada con mi tío abuelo materno, que era de Orce, y que vivieron en Barcelona. Conservo una fotografía de la citada tía con una niña (la guardé cuando falleció mi madre), sabía que eran de la familia pero ignoraba quienes eran. 

A unos quinientos metros de la cueva donde Jesúsencontró el cuaderno, está la cueva de Las Paleras–llamada así porque tiene unas chumberas delante–, donde mis padres se casaron, en 1947. A aquel lugar le llaman las cuevas del Mosco y están en el camino que va del Cortijo del Cura a Galera, por encima de la acequia del Botero. Por aquí solía traernos mi padre a mi hermano Carlos y a mí, en su motobultaco, a echar la mañana en los bancales, al lado de las cuevas y tierras que pertenecieron a mis bisabuelos y que me traen recuerdos imborrables. El pasado año hizo cien años del nacimiento de mi padre y en el mes de septiembre estuve en la cueva de mi primo Manolo, en el Cortijo del Cura, prensando la uva y haciendo mosto. Desde el cerro de su cueva me quedé asombrado viendo a lo lejos las casas de Castilléjar, las sierras de Castril y de Marmolance, la carretera de Huéscar, la vega y los Barrancos, y entonces pensé: estos son los paisajes tan bellos que mi padre contempló en su infancia.



EPISODIOS HOSPITALARIOS I

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Madrugada en Hospital Virgen de las Nieves




El 8 de junio de 2009, a las 17:40 horas, estoy citado en el Hospital Clínico de Granada, para que me hagan una colonoscopia. Un joven, de unos veintitantos años, también está esperando, acompañado de su mujer, para que le hagan una endoscopia. Lo llaman pero sale en un par de minutos. “Cuando me meten el tubo por la boca, me entran ganas de devolver y les he dicho que no quiero hacerme la endoscopia”. Entre unos y otros intentamos convencerlo, pero el joven no cede y al final se marcha. Seguidamente, entro en una habitación pequeña –como una sala de curas– para que me hagan la colonoscopia. Siguiendo las instrucciones de la enfermera, me desnudo, me pongo una bata abierta por atrás y me tumbo de lado en una camilla. La enfermera me pincha varias veces en el dedo pulgar para ponerme el suero y, acto seguido, el facultativo me introduce el endoscopio por el ano. El aparato consta de una pequeña cámara y al mismo tiempo va soltando aire en la tripa para que se vaya abriendo, aunque de todo esto me enteré después. Conforme avanza el endoscopio en el intestino, los dolores son atroces y en mi vida he gritado tanto como esa tarde. Me armé de valor y le dije al médico de digestivo que aquello parecía un matadero, pues ni siquiera me habían anestesiado, y que prefería dejar la exploración para más adelante. El facultativo me explicó que el Servicio Andaluz de Salud no tenía dinero para pagar a un anestesista y ni siquiera para la anestesia. “Pero, sí tienen dinero para costear operaciones de cambio de sexo”, le respondí secamente. Entonces, intervino la enfermera diciendo que ya no se hacen estas operaciones (siguen haciéndolas). “No te preocupes, que te ponernos la sedación”, me dijo el médico tratando de tranquilizarme. La enfermera me puso en la muñeca una inyección, pero al poco sentí un dolor fuerte. “La sedación duele un poco al principio, pues la vena de la muñeca es estrecha…”, me advirtió. Sin embargo, el dolor era cada vez más insoportable, peor aún que el de la colonoscopia, hasta que le dije: “Pero, no se da cuenta que tengo la muñeca hinchada”. Y es que me había inyectado él sedante fuera de la vena.

Pero mis penalidades no acabaron aquí. Al poco, tuve que avisarle de nuevo a la enfermera de que la goma del suero estaba llena de sangre, pues, al agarrarme con fuerza a la cama, a causa de los dolores que me provocaba la sonda en el intestino, la sangre había inundado la goma. Al final soporté la colonoscopia, sin sedación y sin suero, pero mayor torpeza y brutalidad no se puede pedir. El médico de digestivo se excusaba diciendo que mi intestino tenía muchas curvas y que por eso me hacía daño. ¿Y qué intestino no tiene curvas? Creo que la exploración duró unos 15 minutos –aquello era peor que los dolores del parto–, hasta que el médico me dijo que todo había salido bien, que no tenía nada y hasta dentro de cinco años… Vamos, que salí de aquel matadero pensando que había vuelto a nacer.

Unos días después, llamé por teléfono al paciente de 65 años que entró después que yo, pero su hija me informó que le perforaron el intestino y tenía que estar hospitalizado una semana. La semana anterior, el hombre había adelgazado ocho kilos, pues cuando uno lee la información que te dan sobre la colonoscopia (con o sin polipectomía o sedación), te entra pánico: “La administración de la misma es realizada por médicos no anestesistas”. El día anterior tienes que beberte, en siete horas, 16 sobres en cuatro litros de agua; y el día de la exploración hay que meterse un enema de un cuarto de litro, por detrás. En las instrucciones, te informan de una serie de complicaciones y riesgos (perforación, hemorragia interna, trastornos y complicaciones cardio-pulmonares…), y piden el consentimiento firmado del paciente. Al final, te entra el miedo en el cuerpo y se te quitan hasta las ganas de comer. Yo lo pasé fatal, pues sólo dispones de la información escrita, mientras que los médicos no te dan información.

De casualidad me enteré que, en la 5ª planta del Hospital Clínico, tienen un quirófano para realizar la colonoscopia, con anestesistas y facultativos, que trabajan por las tardes y se las pagan como horas extras. “Eso de que el SAS no tiene dinero para pagar a un anestesista por las tardes, ni siquiera para anestesiar a los pacientes en una colonoscopia, es un cuento”, me dijo un profesional que conoce el tema. Llama la atención que, en el Hospital Virgen de las Nieves, hay una lista de espera de unos tres meses para que les hagan una colonoscopia a los pacientes, mientras que en el Clínico no tardaron ni veinte días en atenderme. Aquí se apunta cualquiera a hacer horas extras por la tarde, aunque no tengan los medios más elementales para ello (sin anestesia), a la vez que ponen en riesgo la salud o la vida del paciente. Una sala pequeña, con una camilla, una enfermera que no sabe ni poner una inyección y un médico de digestivo, que te mete el endoscopio por el ano como si fuera una manguera (si lo hace lentamente, apenas te causa dolor), y no se conmueve ante los alaridos del paciente, mientras se excusa diciendo que no tienen anestesia. Nada de extraño tiene que más de uno termine con el intestino perforado y los demás estemos dando gracias a Dios.








LOS HOSPITALES TAMBIÉN MUEREN

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El Hospital Clínico de San Cecilio






El conocido locutor empieza diciendo, con un lenguaje entre pomposo y militar: “En la torre de la Alcazaba de la Alhambra se conmemora la gloriosa conquista de Granada, por los ínclitos Reyes Católicos, en la evocación del centenario de su reinado las autoridades marchan en procesión cívica  por la Alhambra, mientras el pendón real ondea y tremola sobre la población”. Se ven muchos figurantes, vestidos de soldados de época, que más bien parecen cruzados, haciendo guardia en las almenas de la Alhambra mientras otros tocan las trompetas. Es un antiguo NO-DO, de aquellos noticiarios y documentales cinematográficos que obligatoriamente tenían que exhibir en todos los cines de España, antes de la proyección de las películas. Eran pura propaganda, donde normalmente salía Francisco Franco en un acto oficial, o alguno de sus ministros, inaugurando cualquier obra pública o visitando una fábrica, para que los españoles vieran que el régimen se preocupaba por ellos.

En el siguiente acto, el locutor continúa hablando con aire marcial: “La ciudad de Granada recibe entre colgaduras y celebraciones al excelentísimo jefe del Estado, Francisco Franco, en la fecha imborrable del 12 de octubre de 1952”. El Caudillo aparece, subido en coche descubierto y saludando al público, con una hilera interminable de vehículos detrás. Y añade el locutor: “Franco llega a la Casa Consistorial, entre vítores y aplausos incesantes, donde es recibido por el cabildo y demás autoridades”. Va con gorra de plato y el traje de capitán general, le sigue su esposa, doña Carmen Polo de Franco, tocada con gorro y con un vestido negro, seguida de una dama también vestida de negro. Seguidamente, Franco sale al balcón del ayuntamiento moviendo los brazos al aire, como si fuera el director de la banda de música, mientras que en la plaza del Carmen la policía ha establecido un cordón de seguridad para que el público se mantenga alejado del dictador. Esto solían hacerlo en previsión de algún atentado. La voz prosigue con las alabanzas: “El público, que llenaba la plaza del Carmen, reclama la presencia de Franco, que se ve obligado a salir al balcón principal donde pronuncia una breve alocución”. Qué menos que un breve saludo a los granadinos.

A continuación, el noticiario recoge otro acto oficial: “Franco inaugura tres pabellones del Hospital Clínico, que tiene una extensión de 49.000 metros cuadrados con la Facultad de Medicina, en una obra complejísima donde se han invertido más de 40 millones de pesetas. Además de los pabellones quirúrgicos, tiene el policlínico con los consultorios y los servicios generales hospitalarios”. Vemos al dictador seguido por las autoridades y el ministro de Educación, que entonces era Joaquín Ruiz-Giménez(lo apodaban “sor Metralla”). Este ministro fue el que implantó en España el Plan de 1953, por el que se rigió la Enseñanza durante muchos años. En la democracia, durante los años noventa, Joaquín Ruiz-Giménez ejerció como Defensor del Pueblo. En el reportaje se ven imágenes de los pabellones, de los patios y pasillos, de una sala de operaciones alumbrada por unos focos y de un dormitorio con bastantes camas. Aunque la inauguración fue un acto de propaganda del franquismo, las imágenes dan una idea de los escasos medios de la Sanidad de entonces en comparación a los grandes equipos de los hospitales y de la atención a los pacientes en la actualidad.


Es ya el antiguo Hospital Clínico. Foto Ideal 





Al vivir en la zona sur de Granada, me correspondió el Hospital Clínicoadonde acudía con cierta frecuencia para las citas de diversas especialidades. Siempre recordaré que hace unos años me hicieron una colonoscopia, sin anestesia de ninguna clase. Yo les dije que no quería hacérmela, pero mis gritos se oirían por los patios. Sin embargo, el Hospital Clínico tuvo los mejores especialistas médicos de Granada hasta que en los últimos años le fueron quitando recursos, en favor del nuevo Hospital Virgen de las Nieves. Tenía tres pabellones, el quirúrgico con cirugía, otorrino y urología, así como los servicios de ginecología, radiología y oftalmología. En el Clínico operaron a mi padre del estómago, y también me acuerdo de aquel especialista, todo un profesional, que me decía sobre la operación de mi madre: “A ver si mañana consigo quitarle la ventilación mecánica”. Por entonces, ambos salieron bien. Años más tarde, en la Navidad de 1977, mi familia me avisó que mi padre estaba ingresado en el hospital; a la mañana siguiente regresé a Granada en el tren de Madrid, pero, cuando llegué a la habitación, vi que estaba vacía y entonces me lo imaginé todo. En ocasiones tuve que venir a aquellas Urgencias, que últimamente estaban atestadas de enfermos, acompañando a algún familiar. Pero, después de sesenta y cinco años funcionando, el Clínico fue cerrado en 2016 y sus especialidades pasaron a tres hospitales. Atrás han quedado las vivencias en aquellos pasillos y consultas, pero ya casi nadie se acuerda de su cierre.

El video finaliza enfocando una placa que colocaron en el hospital: “Los Ilustres Colegios Oficiales de Médicos de Granada, Almería y Jaén al Hospital Clínico de San Cecilio y a todos sus trabajadores, que de una u otra forma han contribuido al desarrollo de la sanidad granadina y al cuidado y bienestar de sus pacientes. 1952 - julio de 1916. Granada, 27 de noviembre de 2017”. Mi amigo Pepe Huertas, ya jubilado, estuvo de celador en Urgencias y algunas veces me echó una mano, lo mismo que mi paisano Virginio Pinteño. Mi agradecimiento también a aquellos especialistas, médicos, enfermeros y celadores que atendieron a mi familia y a mí, y al compañero Joaquín Ochoa porque colgó el video del NO-DO en el wasap de los Seminaristas, de manera que me ha servido para hilvanar este artículo. El Hospital Clínico Universitario de San Cecilio (se llamaba así porque fue fundado por la Universidad de Granada) ya forma parte de la historia y de la memoria de los granadinos porque los hospitales también nacen y mueren. Por eso, cada vez que paso por la avenida del Doctor Olóriz, me acuerdo de aquella pequeña habitación donde mi padre vivió sus últimos momentos.

Posdata: este artículo viene publicado en el Boletín del Centro del Artístico, número 10, marzo de 2020

https://en-clase.ideal.es/2020/10/18/leandro-garcia-casanova-los-hospitales-tambien- mueren/?fbclid=IwAR3NHXWz12T0e7fxHuwnbL10FvArweRl9fCw7klBrYfScKTu0wdEQ5OGTtg



EL DERRIBO DE LA CRUZ DE JÉREZ

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Derribo de la Cruz Blanca, en mayo. Foto de ABC



El 27 de octubre, el alcalde deJérez del Marquesado, José Ángel Pereda (Psoe), publicó un artículo en el Granada Hoy, lleno de falsedades hasta en el antetítulo del mismo: “El alcalde responde al grupo de vecinos  que han denunciado que se haya retirado una cruz en conmemoración de los Reyes Católicos”. Como puede observarse en la fotografía de mayo pasado, la Cruz Blanca fue arrancada por una retroexcavadora, partiéndola por la base y por uno de los brazos. Si se quiere retirar, mandas a unos albañiles para que la extraigan de los cimientos, pero la intención fue clara. No contento con trocearla, en su lugar colocó los contenedores de basura y tampoco la ha reparado ni puesto en el lugar indicado. El cambio de ubicación fue aprobado por la mayoría del pleno actual del Ayuntamiento, por razones de necesidad (la necesidad hay que justificarla), cuando la ley exige que sea por razones de utilidad pública o interés general. Pero, en vez de cumplir lo acordado en el pleno, la cruz fue derribada y rota, no ha sido reparada ni cambiada de ubicación, por lo que estamos ante un presunto delito de prevaricación.

 El alcalde principia así, su extenso artículo de exculpación para blanquear su imagen, cuando tendría que ser de expiación: “En primer lugar, nunca se decidió, ni romper ni echar abajo ninguna pieza que haya sido reconstruida y mucho menos como reconocimiento del paso de los Reyes Católicos, ya que no existen documentos fehacientes que acrediten la visita, ni dicha Cruz”. No sabe ni explicarse y mezcla unas cosas con otras. Lo cierto, como demuestra la fotografía, es que derribó la cruz. Seguidamente, el edil le dedica dos columnas para negar la visita de los ínclitos Reyes Católicos. “Hasta que en 2017, un concejal del Partido Popular, decide hacer una cruz intentando suplantar o anular la que ya existe. Dicha cruz se construye solamente con acuerdo plenario, sin clamor popular, ni tampoco reconocida por la Iglesia como símbolo religioso”. Habría que preguntarle a este fenómeno, ¿qué significa sin clamor popular?, sacar a los vecinos a la calle como en la película ¡Bienvenido Mr. Marshall! y cantar aquello de Americanos… Delirante. El edil prosigue en su crítica a la oposición, para justificar lo injustificable, cuando fue aprobado por mayoría: Que “con los votos en contra de la oposición (Psoe), debido a que ni era el sitio apropiado ni los vecinos lo habían solicitado porque ya teníamos la Cruz…”.

 

Antes del derribo




Seguidamente, habla del otro pleno: “Un acuerdo plenario en el que por mayoría se decidió quitar la cruz y estudiar una posible ubicación”, pero no dice si ahora hubo clamor popular. “Esta actuación se preveía para principios de este año…, pero nunca por esperar al estado de alarma, como acusa el señor Jesús Alcalá, con el único fin de hacer daño al municipio”. Pero, si aquí el único que ha causado daño al municipio ha sido el alcalde. “Estas reuniones se desarrollan por buen camino y amistosamente, aun habiendo sido cuestionado e insultado este alcalde que se pronuncia”. Dice una cosa y la contraria, y no aclara qué insulto. “Después de la segunda reunión se llega a un acuerdo, el que nunca ha sido respetado por don Jesús haciendo publicaciones ofensivas e incluso rozando la amenaza en redes sociales”. El susodicho sigue sin precisar las ofensas y las amenazas que recibe. Prosigue: “Publicaciones que sin ningún pudor publica aún saliendo trabajadores que deberían permanecer en el anonimato por no haber autorizado su foto y protegiéndoles la Ley de protección de datos e imagen”. Quien ha causado el destrozo y el atentado a la cruz invoca ahora la ley, se refiere a la imagen del derribo de la cruz que salió en el Granada Hoy y el ABC de Sevilla, el 23 de octubre. “En este texto aclarativo presentamos fotos de la Cruz Blanca reconocida unánimemente por el municipio en su lugar de origen y en la nueva ubicación”. En otra imagen, aparecen “los once contenedores que había antes de que se pusiera la cruz en 2017”. Las comas no se han hecho para el edil.

 En su extenso escrito, cuenta ahora “el acoso que continuamente viene sufriendo tanto el municipio, como el equipo de gobierno no ha hecho más que generar las opiniones de los vecinos en desacuerdo con la cruz… Poco le importa a don Jesússi pasaron o no los Reyes Católicos, que lo único que le importa es una cruz que nadie reconoce y que la quiere como símbolo de victoria personal”. No dice nada más que tonterías, con tal de enredar. La Cruz Blanca se colocó por mayoría del pleno en 2017 y no es victoria personal de Jesús Alcalá ni de nadie, es patrimonio de Jérez. Y el alguacil finaliza su larga perorata con una solemne exculpación/acusación: “Quiero constatar que en ningún momento este equipo de gobierno se había negado a la restitución de esa cruz…, pero poco ayudan las formas, las actitudes de un señor que toma la bandera en una lucha que lo único que ha generado es dolor y división en un municipio…”. La versión de estesaltabalates es yo derribo la cruz pero le echo la culpa a otro. Hace unos días, denunció a un vecino en el Cuartel de la Guardia Civil porque lo acusó de ponerse un sueldo de no sé cuánto. Hasta su nombramiento, ningún alcalde había cobrado nada del ayuntamiento.


Los contenedores ocupan el lugar donde estaba la cruz

 

Estamos ante un presunto atentado contra la libertad religiosa y de culto de los ciudadanos españoles, por lo que viola el artículo 16 de la Constitución. También es un presunto atentado contra el patrimonio de Jérez, por lo que debe de reparar el daño causado, aparte de la presunta prevaricación. En España hay cientos de mezquitas donde rezan los creyentes, a los niños árabes se les dan clases de islam y comida halal, los españoles respetamos los símbolos, las creencias y la religión de los cuatro millones de inmigrantes y extranjeros que hay, mientras que en la mayoría de los países islámicos se respetan los símbolos y la religión cristianos. Pero el alcalde, José Ángel Pereda, no los respeta y se permite el lujo de derribar la Cruz Blanca en Jérez con una retroexcavadora. 

Estamos ante un edil sin principios y sin escrúpulos, llega a tanto cinismo que le echa la culpa aJesús Alcalá, con el fin de ponerle a los vecinos en contra. Este acto vandálico no debe ni puede quedar impune, porque es una ofensa a todos los españoles y porque es de juzgado de guardia. En 1936 se derribaban cruces, por lo que este tipo nos ha devuelto a las cavernas, un alcalde que derriba una cruz a conciencia, no puede seguir ejerciendo, de hecho ha perdido toda la autoridad. Si no está a gusto en España y sus ideas son contrarias a la religión cristiana, siempre podrá marcharse a otro lugar pero en ningún país le van a tolerar que destruya sus símbolos religiosos. Hay muchos cristianos que se sienten afectados por este hecho pero están callados y no dicen nada, mientras que yo hace más de un cuarto de siglo que no asisto a un acto litúrgico completo. Para mí es un problema de conciencia y me resulta peor estar callado. 

Artículo del alcalde en Granada Hoy

Esto ha escrito el 19 octubre el historiador Miguel ángel Rivas Hernández, de Huéneja, en La Voz del Pueblo de Jerez del Marquesado, porque le pedí que interviniera: Estoy de acuerdo. Una decisión de este tipo debe ser aprobada en pleno del Ayuntamiento. Lo que me sorprende es que la oposición no haya intervenido con contundencia, presentando incluso denuncia ante el cuartel de la Guardia Civil o en el juzgado de Paz correspondiente. Los símbolos religiosos e históricos, como en este caso deben de respetarse. Ante el argumento de que pensaba trasladarse junto a la antigua balsa en el centro del pueblo no se entiende la celeridad en su derribo, y además de mala manera, para colocar en su lugar un contender de basura. Esto me parece indecente e inmoral que muestra la catadura de los actuales ediles de Jérez que han permitido este despropósito. Como miembro fundador del Centro de EStudios Pedro Suárez de Guadix, entre cuyas funciones está la de velar por el patrimonio de las tres comarcas de Guadix, Baza y Huéscar, considero un desacierto esta medida y conmino a la alcaldia a reponer en su lugar esta cruz, conmemorativa de la venida a esta localidad de los Reyes Católicos, de la misma forma que pasaron por Huéneja a su vuelta de Almería. Hay que dejar a las cruces en paz pues eso es lo que significan. Ya se han perdido demasiados símbolos de este tipo en la comarca como es el caso de las ermitas de ánimas o los Calvarios con su cruz. Tales símbolos forman parte de una tradición histórica de la religiosidad de la comarca que insto a respetar.

Y esto el maestro Roberto Balboa: Hay un dicho que reza “por sus hechos les conoceréis”, y aquí, en nuestro bonito pueblo de Jérez del Marquesado ya vamos conociendo a quienes en un momento dicen una cosa y luego hacen lo contrario. Digo yo, que tal vez esté copiando lo que hacen sus jefes a nivel nacional; puede que esa sea la manera de aspirar a puestos de más importancia en su supuesta carrera política, y engañar a sus paisanos y matar en parte la Historia de su pueblo no son más que daños colaterales, necesarios para su futura carrera. Jérez del Marquesado y sus vecinos son, si acaso, secundarios, y si no a las pruebas nos remitimos. ¡Qué buenas son las hemerotecas! En ellas se puede ver qué decía, y ahora se puede ver qué ha hecho. Lo que me extraña y me duele es que apenas ha habido noticias de lo ocurrido fuera del pueblo y los vecinos apenas se han quejado. No me asustan las voces de los malos, me asusta el silencio de los buenos.


Posdata: las dos últimas fotos las he cogido de Foto denuncia de Jérez del Marquesado y La Voz del Pueblo de Jérez del Marquesado





 



EPISODIOS HOSPITALARIOS II

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Madrugada en Hospital Virgen de las Nieves
 
 
 
 
 
Unos años antes, me hicieron una endoscopia en el Hospital Virgen de las Nieves. Unos 15 pacientes hacíamos cola en la puerta del especialista, cuando me tocó el turno, me introdujo la sonda por la boca sin contemplaciones y sin pausas. Aquello fue arcada va y arcada viene, sin darme tiempo a que me repusiera. Yo pensé que me iba a morir tumbado en la camilla y abundantes lágrimas brotaban de mis ojos, a causa del esfuerzo tan grande que hacía, pues aquello más que una endoscopia era una verdadera tortura para los pacientes. Al poco, salí de allí con los ojos muy enrojecidos y en casa comprobé que las lágrimas me habían quemado la piel alrededor de los ojos, pues la tenía morada. El médico de digestivo trataba a los pacientes como si fueran borregos. Años antes, un especialista me había hecho una endoscopia en otro hospital y apenas sentí daño, porque me introdujo la sonda despacio. ¿Tanto trabajo costaba introducirla lentamente, en vez de provocar aquel sufrimiento tan grande en los pacientes?

De casualidad, he encontrado esta reclamación de hace treinta y cuatro años. El diagnóstico era bastante preocupante. Habla de un bebé de dos meses, con taquiarritmia respiratoria, abdomen meteorizado, faringe enrojecida, deposiciones verdosas, vómitos, fiebre... Entre otras cosas, me quejo de que el 10 de septiembre de 1984, un ATS trata de administrarle un medicamento equivocado. Al día siguiente le ofrecen un biberón, con leche que contiene lactosa, la sustancia que precisamente le provoca diarreas, vómitos y fiebre. Y para qué hablar de la comida deficiente, que no hay jabón en los lavabos, etcétera. El 13 de septiembre, mi mujer y yo nos quejamos verbalmente al director del hospital, de todas estas anomalías y deficiencias, y lo mejor que se le ocurrió fue darnos el alta al día siguiente, “sin medicamentos, sin leche vegetal y recorriendo farmacias por Jaén". Tres días después, el 17 de septiembre, presenté una reclamación al director del antiguo “Hospital Princesa de España”, de Jaén, por el trato recibido en el Pabellón de Pediatría, donde mi hijo ingresó con urgencia. El director del hospital ni siquiera se molestó en contestar a la reclamación.

 

Entonces no había libros de reclamaciones pero había gente sin alma, que ponía en peligro la salud de los pacientes. Por aquellos años había un pediatra en Jaén, don Eufrasio Martínez Galiana, que era un ejemplo para la profesión médica, lo mismo que otros médicos. Tengo guardada esta reclamación como un  recuerdo de mi hijo, para enseñársela algún día, pero había olvidado por completo los malos ratos que pasamos en el hospital. Hace varios años, me hicieron una radiografía de cadera pues me dolía cuando estaba acostado. El médico observó la radiografía al trasluz y me dijo que no encontraba nada anormal, que estaba bien. Al cabo del tiempo, se me ocurrió mirar la radiografía en casa y resulta que la cadera afectada por el dolor no salía en la placa, pues el radiólogo había enfocado mal. Digo yo que, por eso mismo, el doctor no observó nada anormal. Copio este titular del diario ‘Público’, del 3 de agosto de 2009: “Tribunales. Las denuncias de pacientes a doctores y hospitales por supuestas malas praxis suponen cada año 100.000 nuevas contiendas a dirimir en los juzgados. 274 demandas al día por errores médicos…”.

Posdata: Hoy ponen anestesia en la colonoscopia y el paciente no se entera, pero las listas de espera han aumentado. Hace unos días, me escribió esto una amiga: "A mí me han hecho dos colonoscopias, una sin anestesia, horrible, y otra con anestesía en que no me enteré de nada. Ahora estoy pendiente de que me hagan otra, pero desde marzo que la pedí todavía no me han dado fecha". El Servicio Andaluz de Salud ha mejorado pero es de los que menos invierte por paciente en España, pues Susana casi lo ha desmantelado desde que gobierna, tanto en medios como en personal, como han venido denunciando los sindicatos y los medios de comunicación. En los últimos días, los médicos de Atención Primaria de algunas provincias de Andalucía han llevado a cabo protestas y huelgas por la falta de medios y de personal, pero el problema se ha agravado por el decreto del Gobierno de Pedro Sánchez que establece la Sanidad Universal.



CORREOS ELECTRÓNICOS FRAUDULENTOS

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El 20 de agosto pasado, puse una reclamación a la Agencia Española de Protección de Datos, en C/ Jorge Juan, 6 – 28001 Madrid: “Desde el mes de mayo vengo recibiendo correos electrónicos comerciales de AMAZON, sin que yo los haya solicitado. El 11 de junio les envié un correo electrónico con este texto, y le remito copia del mismo: ‘Estoy incluido en la lista Robinson, si me envían más correos tendré que denunciarlo a la Agencia de Protección de Datos.  Es la segunda vez que se lo indico en unos días, yo no les he comprado nada. Me han enviado cinco correos de publicidad los días 6, 7, 8, 9 y 10 de junio, respectivamente, por lo que pondré este abuso en conocimiento de la Agencia de Protección de Datos por publicidad masiva’. El 9 de junio les envié el primer correo avisando de que denunciaría. Tengo copias de correos de Amazondel 13 y 27 de julio, así como del 3 y 14 de agosto guardados en mi carpeta Spam. 

Como documentos aporto dos correos electrónicos que le envié a la empresa Amazon, el 9 y 11 de junio, respectivamente, quejándome de sus envíos con publicidad comercial (...). Es decir, que cuando se le responde, aparece el correo electrónico de un particular en vez de Amazon, que sería lo lógico. Aunque en la página 2, del documento 2, se ve claramente Amazon en dos ocasiones. En el documento 3, donde vuelvo a quejarme del envío de publicidad, aparece amazon.esen la parte superior. En los (documentos 5 y 6), los correosvan dirigidos a stephafanie.gparsons@gmail.com, sin embargo, en la pantalla de mi ordenador aparece mi correo electrónico en ambos. Además de enviar publicidad comercial de forma continua, sin haberla solicitado yo, incluso después de haberme quejado por correo electrónico en dos ocasiones y advertirle de que iba a denunciar a la AEPD la práctica abusiva, Amazonutiliza el fraude como si los correos electrónicos los enviara o recibiera un particular, en vez de la empresa. Señalar que estoy incluido en la Lista Robinson. Por todo ello, pido quese sancione a Amazon por los reiterados envíos de publicidad comercial a mi correo electrónico”.




El 17 de septiembre y el 7 de octubre, la AEPD me envió dos cartas con la misma contestación. En el tercer párrafo y los cuatro siguientes dice así: “A través de www.aepd.es puede obtener información adicional, incluyendo formularios para el ejercicio de sus derechos. Puede consultar la guía práctica Compra segura en Internet…, que contiene los consejos prácticos más relevantes a tener en cuenta antes, durante y después de realizar una compra on line…. También puede consultar la Oficina de Seguridad del Internauta (…), puede interponer una denuncia ante los órganos policiales y judiciales”. En la reclamación aclaro que yo no le he comprado nada a Amazon. En el penúltimo párrafo viene la resolución: “Tras el análisis realizado sobre los documentos aportados y las circunstancias concurrentes, no se aprecian indicios racionales de la existencia de una infracción en el ámbito competencial de la AEPD…, por lo que se acuerda inadmitir la reclamación”. Resulta que no han hecho ninguna gestión ni comprobación, ni siquiera se han molestado en escribir a Amazon, que tiene el domicilio en Nueva York, para saber lo que alega, y me envían una especie de formulario (lo enviarán a cientos de ciudadanos que reclaman el envió masivo de publicidad), diciendo que aquí no hay práctica abusiva comercial de publicidad, ni nada.


En la página web de la AEPD, dice así: “Su principal función es velar por el cumplimiento de la legislación sobre protección de datos y controlar su aplicación, en especial en lo relativo a los derechos de información, acceso, rectificación, oposición y cancelación de datos”. Sin embargo, en la reclamación aclaro que estoy en la Lista Robinson, que no he comprado ni he solicitado la publicidad de Amazon, aporto seis  documentos donde se ve mi correo electrónico y la publicidad abusiva, pero la AEPD se lava las manos y no aprecia la existencia de infracción, de manera que he seguido recibiendo publicidad, a través de diferentes remitentes particulares. Bloqueo a uno pero el siguiente correo me viene con el nombre de otro.


Hace unos días, le comenté esto a un amigo y me dijo que eran correos spam (fraudulentos), los envían particulares que utilizan imágenes de Amazon, y que llamara a la Agencia Española de Protección de Datos para que al menos me dieran alguna explicación. Llamé al día siguiente y, al que me atendió, le expuse mi queja por la incompleta resolución de la Agencia: “no se aprecian indicios de una infracción y acuerda inadmitir la reclamación, sin más explicaciones. Al menos que me digan dónde tengo que dirigirme o qué puedo hacer”. Me respondió: “Tenían que haberte informado mejor”, y me confirmó que eran correos fraudulentos, de particulares, que utilizan el logotipo de Amazon. “En el caso de que fuera Amazon, tendrías que escribir a la unidad de protección de datos de la empresa, alegando que te opones al envío de publicidad comercial. Y deben de contestarte”. Es tal la voracidad de esta gente, que también he llegado a recibir en mi móvil falsos mensajes de Amazon, avisándome que tengo un paquete en Correos pero debo de confirmar la contraseña del enlace. Si abro el enlace, acceden a toda la información del móvil. Sé que hay miles de personas que reciben correos y mensajes fraudulentos, la finalidad no es otra que timarlas.


 

  https://www.abc.es/tecnologia/redes/abci-estafas-mas-peligrosas-relacionadas-amazon-buscan-robarte-202011290132_noticia.html


 


DON PEDRO MANJÓN

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Don Pedro Manjón, con los niños




Dedicado a los avemarianos





 El escritor Francisco Gil Craviotto, al que conozco desde principios del siglo, publicó en 1999, “Retratos y semblanzas con la Alhambra al fondo”, de editorial Port-Royal. En el libro viene una entrevista que le hizo a don Pedro Manjón, el sobrino de don Andrés Manjón, fundador de las Escuelas del Ave María. El despacho lo tenía en las Escuelas de la Quinta, en la Avenida de Cervantes, una habitación casi desmantelada, sin más mobiliario que una mesa, cuatro sillas y unos pocos libros, mientras que  la sotana la tenía vieja y remendada. “Es un hombre delgado, enjuto, con el pelo blanco”, así lo describe Francisco y deja que don Pedro le vaya contando su vida: “Tengo ochenta y cuatro años y desde los diez estoy en este ambiente (…). Yo en realidad fui un instrumento de su obra… Todo parece que fue ayer y sin embargo, ya ha pasado mucho tiempo. Yo vine a Granada en 1889 y en 1900 me ordené. Aquí he hecho mi vida. El bachillerato lo estudié en el Sacromonte… En cuanto había un poco de revuelo en la clase, en seguida alguno decía: “Niños, callad, que viene don Andrés”, y el silencio era absoluto. Él tenía las dos mejores virtudes de todo profesor: la santidad y la sabiduría”.


En las escuelas de los Salesianos, del Triunfo, don Pedro Manjón estuvo desde 1900 hasta 1946, y en total setenta y cuatro años al lado del fundador, trabajando constantemente, enseñando, levantando escuelas: “En el año 1888, mi tío fundó las Escuelas del Ave María. Unos días antes había visto a una viejecita que daba clases a unos cuantos gitanillos. Comprendió que era la llamada de la vocación y en seguida fundó las escuelas. Unos años después, fue cuando pensó en fundar el internado de maestros, que sería como el semillero para su gran obra. Estaba yo presente aquel día y lo puedo contar como si fuera ahora…”. A continuación, recuerda la anécdota de cuando llegan a Plaza Nueva, su tío y él, y se encuentran con el dueño del Carmen de la Victoria, que le dice: Don Andrés, le vendo mi carmen”, y este le responde: “De buena gana lo compraría, pero es que no tengo un céntimo”. En la Universidad el bedel le entrega una carta a don Andrés, pero se la guardó en el bolsillo y la abrió cuando salió de clase: la carta contenía 7.500 pesetas. En la Plaza Nueva, volvieron a encontrarse con el vendedor y don Andrés le dijo: “Muy bien, yo se lo compro ahora mismo”. Fue a entregarle el dinero que contenía la carta, como señal, y el otro le dijo: “No, don Andrés, yo se lo vendo en 7.500 pesetas, no tiene que darme más”. En el Carmen de la Victoria hoy se encuentra el internado y “él siempre pensó que aquello había sido obra de la Providencia. Era un hombre cabal. Era sobrio, trabajador, práctico, con un sentido amplio de la vida en el cual cabía todo. La idea de mi tío, al fundar las Escuelas del Ave María, era hacer hombres enteros y cabales, llenos de amor a Dios y a la Patria. Su lema era ‘Religión y Patria’”.



Don Andrés, con los niños en las escuelas






Su sistema pedagógico consistía en la escuela activa, animada con cantos, grabados y, siempre que el tiempo lo permitía, al aire libre. También desterró los castigos, por considerarlos infamantes para la dignidad del niño. Amaba, por encima de todo, la unión, la alegría; en definitiva, lo que él llamaba “enseñar deleitando”. Don Pedro tenía las ideas claras:“Esto es lo que yo he tratado de evitar en todo momento, que desapareciera el verdadero espíritu del Ave María. Por eso cuando yo me muera quiero que continúe la obra mi sobrino…”. Y no podía olvidar a quien le sirvió de guía y ejemplo:

–Yo seguí siempre al lado de mi tío, hasta que en 1923 falleció… No he conocido a un hombre más justo que él. Una vez tuvo que examinar a su propio confesor, don Manuel Medina Olmos, y aunque había algunos que creían que, supiera más o menos, lo aprobaría, otros decían: “¡Qué calabazas le va a dar!” (…). Al fin, a la hora de calificar, le dio aprobado.

Pero, ante los comentarios a favor y en contra de los demás profesores, don Andréscontestó: “Le doy aprobado porque no se merece más y la asignatura es mía”. Señalar que don Manuel Medina Olmos fue obispo de la diócesis de Guadix-Baza y murió fusilado en 1936. Don Pedro también recuerda la anécdota que le ocurrió durante la Guerra Civil, una tarde vinieron dos tipos a la iglesia y le dijeron: “Le traemos la gran noticia: esta noche le vamos a pegar fuego a todas las iglesias del Albaicín. Usted no se preocupe, San Cristóbal no arderá, eso es nuestro; a lo más, por disimular, le prenderemos fuego a la puerta”. Así ocurrió, ardieron las iglesias pero San Cristóbal se libró.


A la pregunta del escritor Francisco Gil Craviotto, ¿qué vida lleva ahora el Ave María?, el anciano le responde con pesimismo:

–Ahora no están muy bien las cosas. La pedagogía manjoniana no se practica –a excepción de esta colonia y la de San Isidro– en toda su pureza. Por otra parte, el Seminario de Maestros ha perdido en los últimos años su razón de ser (…). ¡Cuánto amó él este colegio! Decía que era la niña de sus ojos. Ahora, en los últimos tiempos se ha ido desvirtuando de tal forma que se ha convertido en un colegio de tantos. Ya no estudian en él los niños pobres, sino los hijos de los ricos, pagando sus trimestres como en cualquier otro… Una obra tan hermosa no se puede venir abajo. Toda mi vida la he pasado trabajando por el Ave María y Granada entera es testigo de lo que digo. Por mis manos han pasado millones…


Don Andrés, por el Paseo de los Tristes




Al comienzo de la entrevista, Francisco visita las Escuelas del Ave María, de la Casa Madre, en la Cuesta del Chapiz, y describe el famoso mapa de España en relieve, donde los niños se sitúan encima y van señalando las ciudades a las preguntas de la maestra. Y finaliza con esta frase: “Mientras, lejos se oye la voz infantil de los niños, que siguen cantando, alegremente cantando, mientras avanza la hora de la clase”. Yo estuve dos años en el internado de la Casa Madre, de 1969 a 1971, cursando quinto y sexto, y me quedaron recuerdos imborrables de los compañeros y profesores. Conocí a los rectores don Jorge Guillén y don Emilio Borrego, fallecieron hace unos años y les dediqué sendos artículos, varios compañeros de curso dieron clase allí mientras que Antonio Casquetsestuvo de director. Hace unos días, el papa Francisco ha reconocido las “virtudes heroicas” del sacerdote, pedagogo y  canonista, don Andrés Manjón,y ha autorizado su beatificación. ¡Después de 130 años, ya era hora de que se reconociera su obra, que la componen nueve centros, 300 profesores y 4.000 alumnos! Fue tanta su humildad, que debajo del altar de la iglesia, en las escuelas de la Casa Madre, reposan sus restos con esta inscripción: “A.M.”. Y por debajo de aquellos jardines tan queridos, donde todo empezó y donde daban clase al aire libre, discurre entre alegres murmullos el río Darro, antes de hacer su entrada en Granada.


Don Pedro Manjón Lastra falleció el 12 de junio de 1963, en la foto aparece rodeado de niños avemarianos, que portan banderolas por el Paseo del Salón. Su sobrino, llamado también don Pedro Manjón, fue sacerdote y continuó con la obra manjoniana hasta su fallecimiento, en 2008.

 

https://en-clase.ideal.es/2020/12/03/leandro-garcia-casanova-don-pedro-manjon/?fbclid=IwAR16KczD0C8s5NPJ-Y-Y3CLgjepPdeL_VMutEB96GcpNldF7hvlLq_9lqgM


EL ANTIGUO SEMINARIO DE GUADIX

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 Dedicado a los padres y a los exseminaristas


Copio algunas frases de Antonio Gabarrón Torrecillas, que publicó en Facebook, el 7 diciembre de 2020:

“Seminario de Guadix, año 1949. Dos jóvenes sacerdotes y encomendados más tarde a preparar los seminaristas hablan entre ellos”. Carlos pregunta, “¿qué actividades podemos realizar para los seminaristas, en los tiempos de asueto?”. Y Jerónimo le responde: “Preparar una danza sagrada… qué tal montar la danza y música de los seises (…). Setenta años ya del estreno de los Seises en Guadix. La Alcazaba fue testigo de los primeros ensayos en sus torreones, trabajo, constancia, disciplina…”. Antonio Gabarrón acompaña el texto con fotografías de don Carlos Ros, de don Jerónimo Gil y de los Seises, así como de la gran Schola Cantorum del Seminario.

Días después, Benito colgó en el wasap de Seminaristas amigos el diálogo entre don Carlos Ros y don Jerónimo (administrador del Seminario), así como la foto de los Seises y de la procesión por la Alcazaba, lo que me ha servido de referencia para escribir estas líneas. Le he preguntado a Antonio Gabarrón por la fecha de la página “Del Seminario Menor”, de la revista“Vida” y me ha respondido: “De 1950, y el diálogo es recreado y pongo 1949 porque fue cuando sucedió”.

Tony Parra le hace este comentario:

“Gracias por esas fotos y gracias por la de los Seisespues no recordaba esa foto y me ha hecho recordar esos momentos, ese año bailamos en las Divina Infantita de Granada, si más no recuerdo fue la primera vez que los Seises bailaban fuera”.




Copio algunos párrafos “Del Seminario Menor”.

“Octubre, 10. Martes. Día de la entrada al Seminario, los diversos trenes ‘Autedias’ y demás medios de locomoción van dejando a nuestras puertas seminaristas procedentes de los cuatro puntos cardinales: Ya son los de Baza, capitaneados por el pequeño Pedro Cano; ya los de Fiñana e islas adyacentes, a las órdenes del juncal ‘Primo’; ora los que tienen su morada camino de Granada y vienen bajo la égida del luengo Rodríguez; ora los que viven cabe las ubérrimas tierras de Pedro Martínez, con su intrépido y matutesto Molina a la cabeza; finalmente llegan los que viven allende los mares ‘nempe’ sevillanos y castilleros, llenando la casa de alegría y trajín y de ruido de maletas y baúles".

"Y el día 11. A Ejercicios, que ha venido nuestro inolvidable Padre Cobo a arreglarnos las cuentas. Días de fervor y bendiciones celestiales, terminan el 16 (…). Las monjillas han puesto el comedor como una taza de plata y dentro de la taza cosas muy buenas… Por la tarde solemnísima velada en la que hacen su primera y triunfal presentación los ‘seises’ del Seminario. Y así, casi sin sentirlo, se nos viene encima la Navidad y a ella nos entregamos después del apretón de los exámenes trimestrales. Prometían ser este año las fiestas más lúcidas y gracias a Dios lo fueron; el salón con su nuevo escenario, obra del Sr. Pozo, sus farolillos a la Veneciana, en la capilla el magnífico Belén, que con su ya acreditado buen gusto nos preparó el Sr. Gil”.

Posiblemente, esto lo escribió algún padre del Seminario, ya que en 1949 lo llevaban los sacerdotes diocesanos. El lenguaje que utiliza es decimonónico, con términos como luengo, matutesto (de matute), allende, ora…, hoy se dice farolillos venecianos. Sin embargo, el escrito destila cariño y regocijo por la llegada de los seminaristas: “llenando la casa de alegría y trajín y de ruido de maletas y baúles”. Los baúles y las maletas de madera eran corrientes en los años de miseria de la posguerra, sería en las décadas de los cincuenta y sesenta cuando había que traer los colchones al Seminario.

La llegada de los seminaristas al comienzo de curso me ha recordado cuando el padre Pérez nos veía con las caras largas y decía, tenéis murria, con cierta ironía, como diciendo ya os iréis espabilando. La palabra murria no es andaluza y vendrá de morriña, pero el primer día era un verdadero calvario, después del madrugón y de la paliza del viaje llegabas estragado a Guadix, aquella ciudad extraña donde nos esperaba un encierro de tres meses, un frío invernal y mucha disciplina. Yo sentía angustia y mucha nostalgia de la familia, pero al día siguiente con el trajín de las clases, los rezos y el estudio lo iba superando.



La imagen de la autediaGranada-Guadix-Baza, que paraba en la calle de Baza, al lado de los quioscos, parece de ayer mismo. A veces los de Castilléjar coincidíamos con el padre del catedrático José González García (este falleció hace unos años), que conducía la autedia, y mi paisano Andrés Fernández Sánchez le metía bulla para que no perdiéramos la Maestra, que salía de Baza a nuestro pueblo. Aquellos autocares llevaban ballestas y daban muchos botes en la carretera. Después de arreglar la camarilla, nos íbamos a comer a la Bodega de San Torcuato, que tenía unas tinajas enormes, y luego nos quedábamos entre los setos del Parque Pedro Antonio de Alarcón, para hartarnos de llorar…



Cuando llegaba la hora de recogernos en el Seminario, hacíamos la entrada triunfal por la Puerta de San Torcuato (la antigua Puerta de Baza, por donde entró en Guadix el brazo incorrupto de San Torcuato). Y después de pasar por la antigua Plaza de las Palomas, subíamos por la calle de Santisteban, tan estrecha y empedrada, que parecía un vía crucis. Al final nos topábamos con la inmensa fachada del Seminario, con sus balcones y ventanales, y con el portón marrón tan antiguo. Aquí el alma se te venía a los pies y más con el traqueteo de la fábrica de harinas que había enfrente del Seminario. Estas imágenes las he tomado del guadijeño Antonio Luis Vázquez.

La fotografía de la fachada del Seminario la hice en 2014, la he visto rulando por Facebook y otros sitios. Enfoqué el edificio y salió así, hasta con mi Peugeot blanco.


La foto que menciona los restos de la Alcazaba árabe puede ser de comienzos del siglo XX, por la letra y el color sepia. 





Recreo en la Alcazaba, 1957. 

Impresiona verla llena de feligreses, asistiendo a misa, en los años cuarenta

Procesión en la Alcazaba



Antonio Gabarróncolgó además: la procesión de la Inmaculada, con los “Seises”, en la Alcazaba (1954), que es un primor, mientras que abajo, los “Seises” están acompañados por don Carlos Ros y don Jerónimo Gil.


Es fabulosa la fotografía de la gran Schola Cantorum del Seminario, en la capilla de San Torcuato, con la inmensa vidriera al fondo. Me recuerda cuando cantábamos allí, Boga, boga, Marileñá, con el padre Diego Casares.

En esta imagen antológica, aparecen el obispodonRafael Álvarez Lara y, a la derecha, don Manuel Ballesteros, rector del Seminario; don Carlos Ros y don Jerónimoestán señalados con un círculo. Este obispo hizo muchas obras buenas en Guadix, dio trabajo a doscientas personas haciendo alfombras de esparto, en la Espartera (de ahí le viene el nombre), y otras obras sociales. Don Leo se marchó con don Rafael, cuando fue nombrado obispo de Palma de Mallorca, y hace varios años escribió una biografía por la veneración que le tiene, a mí me ha contado varias anécdotas. Sin embargo, Guadix no se acordó nunca de uno de sus mejores obispos, a quien los sindicalistas protegían en Linares durante la Guerra Civil.



En la foto de comienzos del curso del Seminario (será de los años cincuenta), aparece el rector don Manuel Ballesterosen el centro, mientras que don Carlos Ros viene señalado con un círculo. Cada año se repetía la misma escena en la antigua Alcazaba de El Zagal


Estando en el Seminario, un día pude asomarme al interior y me pareció la mayor biblioteca del mundo, pues fue la primera que vi en mi vida, con miles de volúmenes en las estanterías y un seminarista andando por la pasarela de madera, cerca del techo. Un mundo fascinante porque entonces en los pueblos no había bibliotecas. La imagen de la biblioteca, de junio de 2014, con las estanterías vacías y llena de cachivaches es impresionante, hoy la mayoría de los libros que contenía forman parte del Archivo Diocesano. La tomé desde la ventana de la calle y poco tiempo después taparon la ventana.

He querido tener un recuerdo para el padre José Pérez, en Huelva los jóvenes lo querían mucho y creo que ocurrió lo mismo en Málaga, pues ya no era el padre prefecto que nosotros conocimos. Este correo electrónico me lo envió el padre Manuel Cantero, el 3 de enero de 2013:

Querido Leandro: No hará mucho más de una hora ha fallecido el P. Pérez.  Hemos estado en la Clínica a 4 habitaciones de distancia. El lunes, que yo me quedé ya sin sonda y sin “vía” que me atara, fui a verlo, y me dio pena cómo estaba, dentro de despierto y conociéndome muy bien.  Se emocionó. Apenas pude escucharle lo que me quisiera decir porque le salía poca voz.  En fin: un compañero de muchos años, que hemos coincidido en Guadix, Huelva y Málaga. Como me han comunicado la noticia cuando yo iba a salir a celebrar la Misa, he podido tenerlo muy presente en lo que es definitivo y lo único que ya le podía ayudar.





Los padres alrededor del pozo, año 1966

Primeros momentos en que varios compañeros nos encontramos en la entrada del Parque Pedro Antonio de Alarcón, de Guadix, sobre las once horas, del 15 de octubre de 2016, después de casi medio siglo sin vernos. Al final nos reunimos en el restaurante unos sesenta y tantos, entre exseminaristas y algunos sacerdotes. Abajo, el lamentable estado en que se encontraba el patio con arcadas y aquel entrañable pozo, donde tantas fotos nos hicimos, y la ventanilla por donde nos atendía Juan el portero. Todo el Seminario estaba en ruinas. Robaron varias veces, pues ni siquiera se molestaron en poner una alarma, a pesar de que aquí se guardaban documentos y escritos de don Carlos Ros. Hoy sólo viven unos cuantos padres y también fallecieron varios compañeros, pero nos quedan los recuerdos, las fotografías y las amistades. Al pulsar las fotos, se agrandan


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